REMIENDOS, PARCHES Y CHAPUZAS VARIAS

Estoy (yo creo que estamos todos) hasta los mismísimos timbales, de improvisaciones, parches, remiendos y chapuzas varias, frente al diseño y planificación a medio y largo plazo y, sobre todo, hacer el proceso con garantía de calidad y de ejecución en un plazo razonable y cerrado. Sea dicho esto, con todo respeto, para los tres últimos presidentes del Cabildo de Tenerife, todos de Coalición Canaria, Adán Martín(q.e.p.d.), para Ricardo Melchior (qué ahí sigue el hombre con los flecos de su gestión) o para Carlos Alonso (que dice que se va, pero que no se ha ido). Y también sea dicho para el nuevo presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, y su consejero de Obras Públicas, Transportes y Vivienda, Sebastián “Chano” Franquis”, así como para el nuevo presidente, Pedro Martín (PSOE) y su vicepresidente primero, Enrique Arriaga Álvarez, consejero insular del Área de Carreteras, Movilidad e Innovación.

De izquierda a derecha: Sebastián Franquis, Ángel Víctor Torres, Pedro Martín y Luis Yeray Gutiérrez, presentando hace unos días la “nueva” circunvalación de La Laguna.

TODOS CÓMPLICES POR ACCIÓN O POR OMISIÓN

Me gustaría recalcar, porque es cierto y es de justicia, que este tema trasciende y está por encima de ideologías y partidismos políticos, y afecta de igual modo, por acción o por omisión, a todos los que han gobernado. Los 8 presidentes del Gobierno de Canarias que hemos tenido, desde Jerónimo Saavedra(PSOE) hasta Fernando Clavijo (CC); al igual que los 5 presidentes del cabildo tinerfeño, que ha habido desde José Miguel Galván (UCD) a Carlos Alonso (CC) y los 7 alcaldes de La Laguna, desde Pedro González (PSOE) a José Alberto Díaz (CC) y el actual, Luis Yeray Gutiérrez (PSOE), todos ellos con sus respectivos consejeros o concejales de Obras Públicas, han podido y habrán querido (no lo dudo) pero ninguno de ellos ha logrado una solución definitiva (ni medio definitiva) a los problemas de movilidad de Tenerife en general, y el colapso de la rotonda del Padre Anchieta y el trazado del último tramo del tranvía, en particular, tres cosas que, curiosamente, tienen un punto en común: la soñada, diseñada y demandada “Rambla de La Laguna”.

El colapso del acceso la rotonda del Padre Anchieta afecta a otros puntos de rebote

LOS VECINOS SE CONVIERTEN EN TÉCNICOS

Hace unos días en La Laguna, el consejero insular Enrique Arriaga protagonizó una reunión con vecinos en la que pudimos ver a mucha gente de distinto pelaje, ideologías y afinidades políticas, al margen del propio alcalde de La Laguna, Luis Yeray Gutiérrez (PSOE), con un buen número de sus concejales del grupo de gobierno lagunero. El asunto a debate fue el trazado del tramo del tranvía que remataría el servicio desde La Laguna al aeropuerto de Los Rodeos. Se presentaron varios posibles trazados y se habló de una “consulta popular” que curiosamente “no sería vinculante” y en la que, al parecer y aunque la misma se hiciera en La Laguna, podrían participar en ella los residentes en todos los municipios la isla. Como suele suceder en estos casos, muchos vecinos se transformaron en técnicos de la materia, y algunos casi en auténticos ingenieros de caminos canales y puertos.

Multitudinaria reunión de vecinos, para oír casi más de lo mismo, desde hace años.

LAGUNEROS HARTOS DE “PREMIOS NÓBEL”

Este caso del último tramo del tranvía, como el caso de la rotonda del Padre Anchieta y sus pasarelas voladoras, o el caso de la históricamente soñada Rambla de La Laguna, siempre diseñada y nunca ejecutada, ya tiene a la ciudadanía de La Laguna hasta los mismísimos badajos de las campanas laguneras. Y, sobre todo, el hecho de que más de un “premio Nóbel” y mucha gente de fuera de La Laguna (técnicos, políticos y personajes de a pie) vienen a opinar y a sentar cátedra, sin conocer la realidad de La Laguna y la idiosincrasia lagunera. Y estamos hartos de cambios, traslados, modificaciones y decisiones erróneas, que nunca se sabe quién responde por ellas y quién a sus costes y financiación. Y, por último, ya la gente está harta de pomposas palabras y frágiles promesas, así como los comentarios, discursos o arengas “patriótico-locales”, como las ofrecidas el otro día por el alcalde Luis Yeray Gutiérrez.

El alcalde Luis Yeray Gutiérrez debería ser el primer activista en pro de una solución