El mago suele ser muy buena gente y una persona muy inteligente. Y como suele decir Antonio Rodríguez “El Zapa” popular zapatero artesano de La Laguna, “el mago, es mago hasta la quinta generación… y después, súper mago”. Creo que hemos llegado a la quinta generación y hay muchos que están entre desconcertados y cabreados, entre hartos y con ganas de ponerse en su sitio y plantarse. El motivo no es otro que el “cacao” (o caos) de los llamados guachinches o, mejor dicho, el de los “mal llamados” guachinches. Los verdaderos autorizados tienen que cumplir una rigurosa normativa y, si no lo hacen, multa que te pego. Pero los “mal llamados” guachinches, que no están legalizados ni autorizados a abrir con esa denominación, la siguen utilizando, por la cara, como si tal cosa, y nadie les dice nada, ni los mete en vereda. Hay amenazas de denuncias por competencia desleal y se barrunta una guerra de guachinches, nada buena.
El Guachinche de Chona (que no lo es) en calle Velázquez de Santa Cruz.