Comienzo El Cotarro recordando, una vez más (y van tres) que mis tres pilares básicos, en lo que a derechos fundamentales se refiere, son, por este orden: la salud, la vivienda y la educación. El pasado domingo denunciaba de que, entre las ya muchas viviendas “okupadas” que hay en La Laguna, una determinada, que en su momento fue habitual residencia de verano del mundialmente famoso tenor canario Alfredo Kraus, había sido “okupada” en las vísperas del Día del Cristo. Me permití apuntar que el alcalde, Luis Yeray Gutiérrez y su equipo del Gobierno Municipal deberían ocuparse (con “c”) rápidamente de este fenómeno y de su repercusión en la imagen y la seguridad del municipio lagunero. Y es que, dicho sea con respeto, una cosa es estar en riesgo de exclusión social o en situación de pobreza severa y otra, muy diferente, es autoexcluirse, auto marginarse y, de rebote, atentar contra el derecho a la propiedad privada, que también es un derecho a respetar y defender. Más aún, cuando la “okupación” tiene aspectos de redes mafiosas con otros intereses.
Piscina de la casa “okupada” que, al parecer, los “okupas” pintaron para su utilización en “jornadas de relax” con visitantes externos. Al fondo carpas y casetas para su uso.