Mientras todo lo anterior ha ido ocurriendo, la “tormenta” empresarial (o no sé si político-empresarial) que ha venido afectando a la Confederación Provincial de Empresarios de Santa Cruz de Tenerife (CEOE Tenerife) sigue su curso. El presidente de la patronal hotelera Ashotel, Jorge Marichal González (y algún otro empresario y dirigente empresarial más) siguen “mosqueados” con mi tocayo y presidente de la CEOE-Tenerife, José Carlos Francisco Díaz, y mucho más que mosqueados con el secretario general de dicha patronal, Pedro Alfonso Martín. El incómodo y desagradable asunto de fondo, que consideran un vergonzoso desaire y todo un lamentable error, tiene que ver con la maniobra para echar (porque eso fue lo que se hizo) del Comité Ejecutivo de CEOE-Tenerife, a los prestigiosos, veteranos y solventes empresarios, Martín García Garzón (Presidente del Grupo Montesano) y a Francisco Gómez Méndez (Grupo PIDA y Lanzateide) y José Luis García (Friogar y expresidente de la Cámara de Comercio de Tenerife), pero, sobre todo (para qué vamos a engañarnos) el fulminante cese de los dos primeros.
José Carlos Francisco (i) y Jorge Marichal, cuando ambos tenían mejor sintonía.
