José Carlos Marrero González

He dicho muchas veces en El Cotarro que a nosotros se nos da muy mal reconocer y valorarlo nuestro. Por ello hoy quiero felicitar al gran enólogo tinerfeño, Roberto Santana, junto con todo su magnífico equipo del proyecto “Envínate”, los viticultores de Taganana (Laura Ramos, José Martínez y Alfonso Torrente) así como el investigador histórico, Santiago Yanes. Todos ellos con su dedicación, duro trabajo y gran profesionalidad, ha logrado que el vino tinto Táganan, de la Parcela Margalagua en su cosecha 2017, haya conseguido nada más y nada menos que 97 puntos en la prestigiosa y rigurosa lista Robert Parker. Esto significa que el Táganan Margalagua 2017 consigue la puntuación más alta obtenida por un vino canario en la Parker, convirtiéndose paralela y simultáneamente como uno de los mejores vinos del mundo y apareciendo como tal en la edición anual de la revista “The Wine Advocate”, referente a nivel internacional para los especialistas y amantes del vino. El consejero de Agricultura del Gobierno canario, Narvay Quintero, ha sido el primero en felicitarles, y yo creo que todos debemos unirnos a esa felicitación.

José Martínez, Alfonso Torrente, Laura Ramos y Roberto Santana (d).

Termino haciéndome eco de que el empresario José Antonio “Toño” Armas Febles, propietario de la vinoteca “El Gusto por el Vino” ha logrado poner de nuevo a Tenerife en la primera línea de la actualidad del Vino en España. Hace poco Toño trajo a la isla al enólogo Raúl Pérez, considerado como uno de los mejores enólogos del mundo y ahora ha conseguido unir en Tenerife a dos de las grandes bodegas de España. Fueron las bodegas Dehesa de los Canónigos (Ribera del Duero) y la bodega Belondrade y Lurton (Valladolid) que se unieron para ofrecer una cata histórica titulada genéricamente “Belén Sanz, 20 años de legado familiar”. Tuvo lugar en el hotel Mencey y fue dirigida por la propia Belén Sanz Cid, para celebrar, precisamente, que está cumpliendo sus primeros 20 años como enóloga responsable de Dehesa de los Canónigos). A su lado estaba su hermano, Iván Sanz, que se encarga de los viñedos y la comercialización. Y junto a ellos, el joven, pero muy experimentado Jean Belondrade Lurton, director comercial de la bodega Belondrade y Lurton. Fue una cata excepcional coprotagonizada por 7 grandes vinos de ambas bodegas y, por la que hay que dar las gracias a Toño Armas y a todo el equipo “El Gusto por el Vino”. Gracias a ellos podemos disfrutar en Canarias de eventos como este.

Iván Sanz Cid, Jean Belondrade Lurton, Belén Sanz Cid y Toño Armas, detrás de las botellas abiertas para la “cata histórica” montada por El Gusto por el Vino

Hoy puede ser (y debe serlo) un gran día. Hoy celebramos lo que los demócratas y amantes de la libertad llamamos la “Fiesta de la Democracia”, que cada cierto tiempo, baja de las nubes y pone a ras de tierra el “circo” de los distintos partidos políticos, que hemos vivido durante las últimas semanas (o meses). A lo largo del día de hoy, la ciudadanía tiene la palabra por medio del voto, y de todos nosotros, depende el futuro de nuestra comunidad y de nuestro país. Debemos ir a votar, libre y responsablemente y luego, si quieren, nos vamos al circo genuino. No sé cómo se las han arreglado, pero, entre los permisos dados por el equipo de José Manuel Bermúdez (en Santa Cruz) y el de José Alberto Díaz (en La Laguna) hoy se puede disfrutar de ¡hasta tres! de los de verdad, montados a la vez en el área metropolitana.

Circo Nacional de Cuba “Circuba”, junto a la Plaza del Cristo, en La Laguna.

En La Laguna, junto a la Plaza del Cristo, tenemos a la Compañía Havana que, con el nombre de “Circuba”, se presenta como “El Circo Nacional de Cuba”, que el pasado mes de enero tuvo el honor de actuar ante el mismísimo Papa Francisco. En Santa Cruz (en la explanada del puerto, frente a la Plaza de España) tenemos al “picante” circo “The Hole Zero” (para mayores de 16 años), que se presenta como “el principio de la saga más canalla de nuestro tiempo”. Un nuevo espectáculo que mezcla club, circo, cabaret y el humor más delirante con un rollo muy diferente a los shows anteriores de “el agujero” y donde, quien vaya, podrá vivir una de las fiestas de la mítica discoteca Studio 54 de Nueva York, que fundara Steve Rubell, pero no una fiesta cualquiera, sino la nochevieja de 1979 a 1980. Y también en Santa Cruz (junto al intercambiador de guaguas) tenemos el circo más pequeñito y coqueto que he visto en mi vida. Se llama “Cirque de France” y va especialmente dirigido a los más menudos de la casa.

El pequeñito Cirque de France, frente al intercambiador de Santa Cruz. Cerca de él, The Hole Zero, en Santa Cruz, en el puerto y frente a la Plaza de España.