NORMATIVA ESPECIAL PARA LOS PILOTOS “FERRY”

Para el caso de estos vuelos “ferry” como el de Guido Warnecke, la legislación es diferente y contando con un solo motor, las autoridades conceden una serie de excepciones de manera que la operación se pueda llevar a cabo. Esta Cessna es una máquina muy fiable y moderna, que cuenta con un turbohélice PT6A Pratt & Whitney 114ª. Con esta motorización, consigue desarrollar una potencia de 687 CV, siendo su velocidad de crucero de 317 kilómetros por hora. Puede transportar desde 9 a 12 pasajeros y su peso máximo ronda los 4.000 kilos al despegue. La curiosidad de este modelo con matrícula americana, N425HP, es que no deja de ser un raro “avistamiento” para los spotters canarios. Los “spotters” son aficionados a la fotografía aeronáutica, que invierten muchas horas en los aeropuertos para obtener instantáneas de aviones curiosos o difíciles de divisar. En este caso, Manuel Estévez R. y Tave Myliu, han sido los dos primeros spotters “en todo el mundo”, en subir imágenes de esta Cessna a Internet. Toda una gran ocasión para estos virtuosos de la fotografía aérea que exploran sin cesar los cielos en la búsqueda de “raras avis”.

Foto de la Cessna tomada en Tenerife Sur por el spotter Manuel Estévez R.

DE CHARLES LINDBERGH A GUIDO WARNECKE

El primer piloto en cruzar el Atlántico fue Charles Lindbergh con su también monomotor, llamado “Spirit of Saint Louis”. La travesía siempre consiste en volar una línea denominada ortodrómica que es la línea más recta, siguiendo la curvatura de la tierra. Los cálculos que realizó Lindbergh para su plan de vuelo, le llevaron a aparecer en la costa irlandesa con un mínimo error en la posición prevista, luego continuó costeando hacia París. Lindbergh tardó la friolera de 33 horas y 32 minutos saliendo desde Nueva York. Su velocidad media fue de 214 kilómetros por hora. Portaba un motor Wright Whirlwind J-5C de 223 CV. El vuelo obviamente, se realizó a mano y sin automatismos y fue todo un hito, más hoy, una auténtica leyenda. Lindbergh creía que era mejor realizar el vuelo con un único motor. Pensaba que un avión con dos o tres motores sería más propenso a tener fallos en alguno de ellos, no permitiendo la continuación de su vuelo debido al peso. La aventura de Guido Warnecke no deja de ser otra gesta ya que, para realizar la entrega al cliente, que es la compañía Africair, confeccionaron el vuelo contemplando tres saltos diferentes.

Lindbergh junto a su legendario “Espíritu de San Luis” primero que cruzó el Atlántico

TRES SALTOS CON LA ISLA DE TENERIFE EN MEDIO

De donde está la fábrica de la Cessna Gran Caravan, en Wichita, Kansas (ICT) hacia Bangor (BGR), en Canadá, Guido Warnecke empleó 8 horas y 42 minutos. El segundo sector y el más curioso y comprometido, entre Bangor (BGR) y Tenerife Sur (TFS) lo hizo con una duración de 14 horas y 36 minutos. (Este tiempo de vuelo confirmado por el propio Guido). Todo sobre el Atlántico y volando entre Azores y Madeira con piloto automático. Por último y tras descansar muy feliz en nuestra isla de Tenerife, Guido Warnecke se dirigió a su destino final en el Golfo de Guinea y a la portuguesa isla de Santo Tomás y Príncipe (TMS). Para ello sobrevoló el Sahara, Mauritania, Mali y Costa de Marfil. Esta isla se encuentra cercana a la posición CERO del Océano Atlántico, es decir, Norte 00º, Este 000º y elevación 0’ pies. En el último tramo tardó 13horas y 45 minutos. Toda una curiosa hazaña aeronáutica, que ha tenido como punto clave de apoyo a la isla de Tenerife y que puede ser ejemplo para futuros “ferry pilots”. Tengo que agradecer toda esta información ofrecida en primicia y exclusiva por el gran y veterano comandante Guillermo Hernández, así como por las fotografías, gentilmente cedidas especialmente para El Cotarro, a los dos grandes spotters canarios Manuel Estévez R. y Tave Myliu. A todos, mil gracias.

Foto de la Cessna “durmiendo” en el Reina Sofía. Tomada por el spotter Tave Myliu

Vista lateral de la Cessna en el TFS, en foto tomada por el spotter Manuel Estévez R.

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