José Carlos Marrero González

Comienzo El Cotarro de hoy recordándoles que este domingo celebramos el “Día Internacional de los Abuelos” o bien, como preferirían muchas, por lo del lenguaje inclusivo, el “Día de los abuelos y abuelas”, o sea, en resumen, el “Día de la Abuelitud”. Les confieso que me cuesta un nieto (o una nieta) elegir la mejor y más oportuna denominación, o la que contente todos. Lo cierto y verdad es que este día se ha institucionalizado a partir del interés e iniciativa de varias asociaciones y organizaciones que, para fijar precisamente esta fecha, eligieron la festividad de San Joaquín y Santa Ana, quienes, según la Historia Sagrada, fueron los padres de la Virgen María y, por tanto, los abuelos del Niño Jesús o, lo que es lo mismo, Jesucristo. Nuestra felicitación en el día de hoy a todas las personas que gozan de esta condición. Abuelas y abuelos, que los hay jóvenes y mayores, a quienes queremos reconocer y agradecer todo lo que han hecho y hacen en favor de los nietos y de la familia.

Hoy se celebra el Día Internacional de los Abuelos. Toda una satisfacción tener nietos.

En su propósito de seguir uniendo a personas que quieran ayudar a los demás, la asociación Signo de Vida, fundada y dirigida por el tinerfeño Juan Carlos González Álvarez, nos presenta su iniciativa “Abuelos por la Cultura de la Vida”. Un proyecto dirigido a las abuelas y abuelos que, viviendo agradecidos por el regalo de la vida y por la dicha de tener nietos, hacen cuanto pueden por beneficiar a esos sus nietos y nietas; dirigido a los abuelos y abuelas que disfrutan cada día aprendiendo algo nuevo y esforzándose por ser mejor persona, se comprometen con causas solidarias en la medida de sus posibilidades; a los abuelos y abuelas que promueven la Cultura de la Vida y el respeto y cuidado de todo ser humano, especialmente cuando éste es más débil, limitado o indefenso: los ancianos, los enfermos, las personas con discapacidad, los niños y los concebidos no nacidos). El bueno de Juan Carlos González Álvarez anima a todas las personas quieran unirse a esta ilusionante iniciativa, recordando que pueden hacerlo a través de la web: www.signodevida.org

Juan Carlos González Álvarez, fundador, director y “alma páter” de Signo de Vida.

Comienzo El Cotarro de este domingo confesándoles que, desde los 15 años de edad y gracias a que mi padre me asoció, tengo el privilegio y el honor de ser socio del laureado Orfeón La Paz de La Laguna, fundado el año 1918, nada más terminar la Primera Guerra Mundial. Por ello, por haber sido fundado precisamente nada más terminar la llamada “Gran Guerra”, es por lo que, los socios fundadores de la emblemática y veterana sociedad lagunera, eligieron el nombre de “La Paz” y nombraron a Fermín Cedrés Nóbrega como primer presidente. En sus 102 años de vida, el querido Orfeón La Paz han pasado por la presidencia 25 reconocidos laguneros y, desde septiembre de 1988 el presidente de la sociedad ha sido, Esteban Afonso Rodríguez, que el próximo mes de septiembre cumplirá 32 años en el cargo. Todo un récord de permanencia en el puesto en el que ha habido muchas reelecciones, tiempos buenos y, como en la actualidad, tiempos complicados y no tan buenos.

Recordada antigua sede del Orfeón La Paz en la Plaza de la Concepción (hoy sede de la oficina principal de CaixaBank en La Laguna). Hay que volver a aquella animación.

El pasado viernes se celebró la asamblea general ordinaria de la centenaria sociedad lagunera y, entre una cosa y otra, nos enteramos de que, al parecer, entre el Ayuntamiento de La Laguna y el Cabildo de Tenerife, a 31 de diciembre del 2019 (y creo que a día de hoy estamos igual) ambas entidades tenían pendiente de liquidarle la friolera del casi 59.000 euros por subvenciones impagadas del mismo 2019 y años anteriores. Esa realidad, de ser cierta, ahoga económicamente a cualquier entidad. El Orfeón La Paz cuenta con un censo de tan solo 159 asociados, cuya edad media, según dijeron en la propia asamblea, supera los 65 años de edad. Una triste realidad que sólo se puede cambiar arreglando las cuentas y fomentando la entrada de nuevos socios. Hace falta traer gente joven a la que, el Orfeón La Paz, además de la música, oferte nuevos atractivos. Está claro que el presidente Esteban Afonso, su vicepresidente, Juan Martínez Torvisco y el resto de la Junta Directiva (a la que hay que reconocer y agradecer su aguante) deben replantearse su futuro y el de propia sociedad. En el horizonte de noviembre parece que tocan elecciones y del resultado de las mismas, con toda seguridad, dependerá el definitivo futuro del querido Orfeón La Paz. Hay que rezar y ayudar entre todos, para que la sociedad siga hacia adelante y nuestro Orfeón La Paz llegue a cumplir los dos siglos.

La nueva, pero muy poco frecuentada (por los socios) sede del Orfeón La Paz de La Laguna, que el año 2021 cumplirá 50 años en la lagunera calle de Juan de Vera