Precisamente en la asamblea del Orfeón coincidí con mi amigo Pablo Reyes Núñez, presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Histórico de La Laguna y con Julián Brito, otro amigo, gran orfeonista y componente de su coro. Terminada la larga asamblea rematamos el encuentro (como no podía ser de otra manera) tomándonos unas cervecitas en la tasca Tocuyo, con su propietario Manuel García, siempre al pie del cañón pero esta vez con mascarilla. Asombrado me quedé cuando, en medio de las cervezas, Pablo Reyes se dejó caer con un comentario que, por primera vez desde el cambio de gobierno en el ayuntamiento lagunero, reflejaba claramente un tremendo “mosqueo” de Pablo con el alcalde lagunero, Luis Yeray Gutiérrez y los concejales de su grupo de Gobierno. Por primera vez nos transmitió Pablo la sensación de que está comprobando que, ni los gobernantes anteriores con el alcalde José Alberto Díaz al frente eran tan malos, ni los actuales con Luis Yeray Gutiérrez son tan buenos.
Excepto la Gerencia de Urbanismo, con Santiago Pérez (i), las restantes concejalías no responden. Ni el alcalde Luis Yeray Gutiérrez (c) ni su concejal Rubens Ascanio (d)