Sé que Wolfgang Kiessling es un personaje muy especial, con una capacidad de trabajo infinita y también con un carácter fuerte, que a veces le traiciona. Pero no es menos cierto que si Wolfgang no hubiera sido tan estricto y riguroso, quizá el Loro Parque, no sería la exitosa realidad que hoy es, con unos 490 puestos de trabajo directos y casi otros tantos indirectos. Últimamente, la dichosa manía de algunos canarios y canarias de poner “pegas” a todo, del no por el no (no sé si por envidias o celos mal entendidos), están amenazando al Loro Parque que, creo, es algo “nuestro”. Algunas denuncias de personas o asociaciones muy respetables, pero me temo que interesadas y no muy bien informadas, ponen en peligro (creo que injustamente) la paz del Loro Parque, la tranquila vida de los animales que allí viven y, de rebote, la seguridad de los puestos de trabajos de muchos buenos profesionales, que allí tienen su empleo en nuestra isla.
Wolfgang Kiessling (d) junto a su hijo Christoph, vicepresidente de Loro Parque