BRAULIO SIMANCAS CON SUS SUBLIMES MOJOS

El escenario polivalente de MadridFusión acogió la ponencia del chef Braulio Simancas, propietario y jefe de cocina del restaurante Silbo Gomero, en Tenerife. Con su habitual desparpajo y simpatía, el incombustible y siempre dispuesto Braulio Simancas, se ha ganado por méritos propios una fama que nadie cuestiona, por su trabajo de investigación y promoción de los mojos y salsas canarios. Con su ponencia magistral “Mojos recorriendo el territorio”, Braulio triunfó y puso a los nuestros en lo más alto, trabajándolos con creatividad, tanto en frio como en caliente, y presentándolos como protagonistas en sí mismos, más allá de su histórica función de acompañamiento.

Braulio Simancas (Silbo Gomero) triunfó con mojos y salsas canarios.

RONQUEO, SABOREA Y… UN IMPRESENTABLE

Destaco también el “ronqueo” de un atún protagonizado por Juan Carlos Clemente y su equipo, o la ponencia sobre nuestras papas antiguas, que, una vez más, bordó nuestro experto mundial Domingo Ríos. Y si debo poner alguna “pega” creo justo apuntar que, teniendo un stand propio de categoría, quizá no valga la pena duplicar presencia con otro pequeño dentro de “Saborea España”, sin desmerecer lo allí hecho. Que, quizá, hayan sido demasiadas ponencias y que sea preferible calidad a cantidad. Y sugerir al Cabildo que se cuide de invitar a algún charlatán impresentable, que podríamos catalogar de “enemigo en casa” y que echa tierra sobre nuestro propio tejado.  Finalizo repitiendo que es imposible reseñar todo lo vivido y nombrar a todos los protagonistas y colaboradores. Pido comprensión a todos y perdón a los que no he nombrado. Amén

Isidro Álvarez, Javier Parrilla, Juan Carlos Clemente y el atún que se iba a “ronquear”.

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UN COTARRO QUE PUEDE HABER CADUCADO

Cuando usted esté leyendo El Cotarro de este domingo, 12 de enero, yo estaré (si Dios lo ha querido) en los “madriles”, para desde mañana participar en el congreso internacional sobre gastronomía, MadridFusión 2020, que preside mi tocayo y amigo, José Carlos Capel, por cierto, gran amigo de Tenerife y de la cocina canaria. Y por ello, el texto de esta edición ha sido escrito el pasado viernes por la noche. Lo digo porque, tal como discurren las cosas y los acontecimientos últimamente por nuestras islas, del viernes a hoy domingo, lo que verán escrito a continuación, puede que ya esté caduco y trasnochado, cuando no vuelto del revés… y todos igual de contentos, empezando por Pedro Sánchez… y su tocayo Quevedo.

Pedro Quevedo, diputado de Nueva Canarias (NC)

ENTRE LA HIPOCRESÍA Y UN GRAN CINISMO

El diccionario de la Real Academia Española (RAE) dice que “hipócrita es quien actúa con hipocresía”, o sea, “con fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”. También dice la RAE que “cinismo es desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables”, y afirma que “cínica es una persona que actúa con falsedad o desvergüenza descaradas”. Antes, durante y después de la pasada investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno del Reino de España, creo que mucha gente de estas islas, mayoritariamente políticos, han actuado con hipocresía y con cinismo a partes iguales. Y, por cierto, no lo digo por Ana María Oramas González-Moro, quien ha sido una desinquieta desobediente, eso sí, pero por motivos que más pronto que tarde se sabrán.

Pedro Sánchez (PSOE) junto a Ana María Oramas (CC)