Y es que José Manuel Soria intentó llegar a mañana lunes y defenderse de lo indefendible en el Congreso, pero el Partido Popular ya no se fiaba de él y le habían dejado más solo que Adán el Día de la Madre, porque nadie quería “dar la cara” por alguien que había mentido tan descaradamente y de manera tan burda. El ministro ejercía en funciones y formalmente no podía cesar ni dimitir, pero en la práctica, nada le impedía renunciar y dejar la Cartera. De alguna manera, Ana Mato sentó el precedente que le ha servido a José Manuel Soria señala el camino para los cercanos a Mariano Rajoy que han abusado de su confianza. Lo de Jersey (o “pulóver” como se diría en idioma canarión) ha terminado con la carrera de Soria.
Ana Mato también tuvo que dimitir por sus excesos económicos extrapolítiqueros