José Carlos Marrero González

Es cierto que un profesional debe tener cierta estabilidad laboral para formar una familia, afrontar la posible compra de una casa, etc.… Y eso hoy por hoy es difícil cuando un banco te pide un contrato con un mínimo de fijeza y continuidad en el tiempo. Por un motivo u otro, que afecta a la gestión de políticos de muchos años y de muchos partidos, las oposiciones no se han sacado. Y ahora Blas Trujillo (consejero de Sanidad), Conrado Domínguez (director del Servicio Canario de la Salud), el propio Sunil Lakhwani (medico representante de la Confluencia) y hasta el mismísimo Ángel Víctor Torres (presidente del Gobierno canario) y su vicepresidente, Román Rodríguez (que también es médico, aunque pueda no acordarse) están entre la espada y la pared. Por un lado, cientos de profesionales que llevan años encadenando contratos quieren estabilizar su situación y para ello pretenden un contrato inmediato y directo. Pero, igualmente, cientos de nuevos profesionales, más o menos jóvenes y también formados, solicitan y merecen una vía de entrada a la Sanidad pública.

El consejero de Sanidad, Blas Trujillo (i) y el presidente canario, Ángel Víctor Torres.

Estamos ante una cruda realidad, un dilema complicado, una encrucijada muy puñetera y un problema de difícil solución, pero que hay que resolver de forma urgente, y que requiere por consenso de una solución legal y con garantías en el tiempo, para que no pueda ser denunciada o recurrida por ninguna de las partes. Lo saben todos: Ángel Víctor, Blas, Conrado y también Sunil. Pero, “para más inri”, todo ellos saben que otro montón de profesionales y colectivos que trabajan en la administración pública y en centros dependientes de la misma, están en silencio “a lo zorro”, esperando calladitos y viéndolas venir. Porque se puede ser profesional de la medicina o la enfermería, pero también de electricidad, contabilidad, fontanería, limpieza, etc., que desarrollan su labor profesional en el mismo centro de trabajo, para quienes tampoco han salido ofertas públicas de empleo, ni oposiciones y también llevan encadenando contratos de trabajo o subrogaciones. Y unos y otros ya están hasta la cachimba.

El Dr. Sunil Lakhwani en su cuenta de Twitter (de donde está sacada esta foto) dice: Soy Hematólogo, llevo 8 años trabajando para el SCS con contratos temporales abusivos. ¿Dice usted que necesita médicops?. Empiece por cuidar a los que tienen.

Sé que la cosa está cruda y complicada, y de no fácil solución y que, encima, tiene aspectos que trascienden de nuestra Comunidad Autónoma y sé que partes de la solución igual deben pasar por leyes y reglamentos de carácter estatal, pero, repito, hay que solucionar la problemática de forma rápida, legalmente, por consenso y con garantías. Por lo pronto, el hasta ahora dialogador, Conrado Domínguez, y el cansado de tanta espera, Sunil Lakhwani, han firmado una “tregua amistosa” y la huelga de médicos no se desconvoca, sino que se “congela” y se visualizará solo un día al mes. Pero me consta que esta complicada problemática y el mal rollo que se deriva de la misma, no va a parar hasta que llegue la solución definitiva. Y peor aún, otros temas que están también “congelados” pueden empezar a “descongelarse y se le va a juntar al bueno de Conrado el hambre con las ganas de comer y empataríamos un mal año con otro… (prefiero no escribirlo y seguir pensando en positivo)

El director del Servicio Canario de la Salud (SCS), Conrado Domínguez Trujillo, quien, hasta ahora, siempre se ha manifestado cercano y dialogante.

Aprovechando, como se dice, que el Pisuerga pasa por Valladolid, aprovecho que hablamos de Sanidad para reclamar una cosa que voy a plantearles en forma de carta a los Reyes Magos. Creo que, por lo que me dicen, afecta a otros centros de salud de Atención Primaria y no solo al que les pongo como ejemplo, que es el recientemente inaugurado junto a la Plaza del Cristo, en La Laguna. En este caso, no sé si es el alcalde lagunero, Luis Yeray Gutiérrez el que debe aportar alguna solución, o de nuevo la cosa depende directamente del SCS. El tema es que no sé quién fue el arquitecto “premio Nobel” que diseñó el proyecto del centro de salud, sabiendo que era para La Laguna, y no contempló el importante tema de pensar en la gente (muchos de ellos enfermos) que tienen que ir diariamente al mismo. Ahora, además, con la normativa COVID y las limitaciones que impone y las colas que obliga, mucha gente (sobre todo la que tiene que ir casi de madrugada para realizarse analíticas de sangre) debe permanecer a la intemperie (pasando frio y en momentos bajo la lluvia) hasta que el centro abre sus puertas a las 8:00 de la mañana. ¿No podían haber previsto alguna zona bajo techo para su protección?… ¿Podrían habilitar unas carpas para ello?… Si no le toca a Luis Yeray Gutiérrez, que el alcalde le de “un toque” a quien corresponda, Veremos si lo dicho surte efecto. Amén.

Amaneciendo en La Laguna y medio centenar de personas en cola (que da vuelta a la manzana) esperando bajo la lluvia para hacerse una analítica en el nuevo Centro de Salud del Cristo. ¿No pueden poner unas carpitas para protegerse del agua y frio?