Un verano el nuncio le dijo que el Santo Padre le trasladaba de Teruel a Tenerife, y Mons. Damián Iguacen le respondió, “pues nada, a Tenerife” … Como don Damián había trabajado mucho con el tema de los límites territoriales, de la diócesis de Barbastro y el problema con Cataluña, algunos le dijeron que, “de castigo por lo de Cataluña le mandan para allá” y, al llegar aquí, algunos periodistas de aquí le dijeron “ya sabemos que viene castigado”, a lo que don Damián replicó, “pues si venir a las Islas Afortunadas es ser castigado, es una discordancia, porque esto es una felicidad”. Busquen por Internet en YouTube una de sus últimas entrevistas, la que le hizo el bueno de Juan Luis Calero, con motivo de la celebración del bicentenario de nuestra “su” Diócesis Nivariense. De verdad, búsquenla y no se la pierdan. Que don Damián descanse en paz.
Una de sus últimas entrevistas, concedida a Juan Luis Calero. Deben buscarla y verla.