♦ Ahora jubilado, aunque espero que siga pintando (su otra gran pasión), Santiago Gutiérrez comenzó de botones a los 13 años de edad, descubrió la biblioteca del Casino y, sin pensárselo, la convirtió en su propia universidad. De botones de biblioteca pasó a ordenanzas y de ahí, a administración para el 1 de mayo de 1944 ocupar la gerencia, puesto en el que estuvo 35 años. ¡Ahí es nada! El Casino ha sido su segunda pasión porque la primera, sin duda, siempre ha sido su familia. Su querida esposa, Nena Yanes, leal compañera y madre ejemplar (tristemente fallecida) y sus cuatro hijos, Santiago (arquitecto), Francisco (funcionario del Cabildo), Dulce (aparejadora) y Raquel (periodista y en la actualidad eficiente gerente del Real Casino), así como sus nietos. Todos ellos pueden estar más que orgullosos de un Santiago Gutiérrez que, muy emocionado y agradecido, recogió la máxima distinción de la entidad haciendo levantar de sus asientos (no pasaba desde hace más de 15 años) a las más de 500 personas que llenaban el salón principal de «su» Casino y que, puestas en pie, le tributaron una cerrada y merecida ovación que, seguro, no olvidará. ¡Enhorabuena, amigo Santiago, a usted y toda su gran familia… y no me cambie nunca!
Tras la entrega de las distinciones, firmaron en el “Libro de Oro” del Real Casino de Tenerife