UN REAL CASINO MUY AGRADECIDO

♦ Esta semana comienzo recordando la frase que reza aquello de que “es de bien nacidos el ser agradecidos”, de la mano del Real Casino de Tenerife, entidad que ha agradecido a dos grandes tinerfeños su dedicación a la isla y, más concretamente, a la emblemática sociedad tinerfeña que preside actualmente el oftalmólogo José Alberto Muiños Gómez-Camacho y que, precisamente, celebra este año nada más y nada menos que su 175 aniversario. En un emotivo y multitudinario acto que abarrotó el salón principal del Real Casino se entregaron las distinciones de «Socio Honorífico» de la institución a los miembros de la misma que llevan más de 45 años perteneciendo a ella, el título de «Socio de Mérito» y la insignia de oro y brillantes al expresidente del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior Navarro, y el gran premio «Faustino Martín Albertos» (que fue presidente en 1935 y bajo cuyo mandato, se construyó el actual edificio sede del Casino, que este 2015 cumple 80 años) al querido y respetado, Santiago Gutiérrez Suárez, quien fuera gerente de la sociedad chicharrera durante 35 años.

 

FOTO 1.- Premios en el Real Casino

Santiago Gutiérrez Suárez (i), José Alberto Muiños (c) y Ricardo Melchior Navarro

DOS PERSONAJES DE LUJO

♦ De los méritos, la capacidad de trabajo y la impecable trayectoria de Ricardo Melchior Navarro, actualmente presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, no voy a hablarles, porque es ampliamente conocida, ha sido senador por nuestra isla, así como consejero del Cabildo de Tenerife durante 27 años, (12 de vicepresidente y 15 como presidente). Pero, si me lo permiten, me voy a detener en una persona buena y honorable, Santiago Gutiérrez Suárez, que se ha empeñado siempre en vivir, trabajar y darlo todo por el Real Casino de Tenerife, sin ostentaciones y desde la más absoluta discreción. Santiago Gutiérrez, es un hombre íntegro al que proceso cariño, admiración y respeto.

FOTO 2.- Dos personajes de lujo

Santiago Gutiérrez (i) y Ricardo Melchior, luciendo ya en sus solapas las insignias de sus merecidas distinciones.