No creo que esté en la Biblia, aunque se dice que en algún momento lo dijo Jesucristo: “Hermanos, sí; pero primos, ¡no!” Con el fenómeno de la inmigración irregular o ilegal, están intentando poner a la buena gente de Canarias (que somos la inmensa mayoría) entre la espada y la pared, entre la solidaridad y la xenofobia, entre la tolerancia y la cerrazón, nos quieren poner en un dilema ético y en una encrucijada mezquina. Y, paralelamente a los políticos canarios, de una y otra ideología, de uno y otro partido, con sus vergüenzas al aire, entre el ninguneo directo y la tomadura de pelo. Desde nuestro presidente, Ángel Víctor Torres (PSOE) y su concejera de Derechos Sociales, Igualdad, Diversidad y Juventud, Noemí Santana(Podemos), hasta Julio Pérez Hernández (PSOE) consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, sin olvidar ni al vicepresidente Román Rodríguez (Nueva Canarias) que está quedando especialmente en una incómoda y desagradable situación, ni al gomero Casimiro Curbelo (ASG) quien “aguanta” (callado) al Gobierno,
Casimiro Curbelo (ASG), Román Rodríguez (NC), Ángel Víctor Torres (PSOE) y Noemí Santana (Podemos), deben lograr que Canarias sea bien tratada.