UNA AVENTURA CON TENERIFE COMO PUNTO MEDIO

Ahora, una primicia casi exclusiva, que les ofrezco gracias a la gentileza de uno de los mejores pilotos tinerfeños que conozco, el comandante José Guillermo Hernández, un tiaco profesional como él solo que actualmente vuela en la flota de los Boeing 787 “Dreamliner”, de la prestigiosa compañía Air Europa. A partir de la información recopilada y facilitada por el comandante Guillermo Hernández (como se le conoce cariñosamente en el mundo de la aviación) he tenido conocimiento de una curiosa noticia que, en sí misma, creo que es toda una hazaña apasionante y un espectacular reto que, en este caso, además, ha tenido como coprotagonista, a nuestro aeropuerto intercontinental Reina Sofía-Tenerife Sur (TFS). Y es que, el pasado jueves (día 10), un pequeño avión monomotor de hélice, se posó en la pista 07 del aeropuerto TFS. El modelo en cuestión era una Cessna 208B Gran Caravan EX. Un diseño relativamente pequeño, pero con grandes prestaciones y con todos los automatismos que porta cualquier jet actual, como para poder cruzar (como lo hizo) el océano Atlántico, él solito.

El comandante Guillermo Hernández, a los mandos de un Airbus A330/300 precisamente cruzando el Atlántico con una aurora boreal al fondo de Air Europa

DE CANADÁ A TENERIFE DIRECTO Y UN SOLO PILOTO

A los mandos del aparato el veterano “ferry pilot”, Guido Warnecke, quien al tiempo que navegaba, colgaba mucha información de su vuelo en Facebook. Según me comenta Guillermo Hernández, estos pilotos llamados “ferry pilots” o también “delivery pilots” se dedican a realizar entregas de aviones nuevos a sus clientes, desde las factorías de aviación y hacia cualquier parte del mundo. Los aviones se preparan en vacío para alojar en su interior inmensos tanques de combustible y poder alargar su autonomía de vuelo. El comandante Guillermo me explica que los modernos jets intercontinentales, con más de un motor y de transporte de pasajeros, necesitan presentar un despacho de vuelo donde se garanticen varios aeropuertos alternativos situados a cierto tiempo y distancia de la ruta propuesta. Guido Warnecke “ha dado el salto” apoyándose en Tenerife-Sur. Generalmente han de tener sus aeropuertos alternativos a menos de 180 minutos para respetar ese umbral de tiempo y distancia. Todo ello considerando que, bien han podido tener una despresurización, un fallo de motor, o bien ambas cosas.

Guido Warnecke, “ferry pilot” que ha volado en solitario y directo sin escalas, desde Canadá a Tenerife, en una Cessna 208B Gran Caravan EX

NORMATIVA ESPECIAL PARA LOS PILOTOS “FERRY”

Para el caso de estos vuelos “ferry” como el de Guido Warnecke, la legislación es diferente y contando con un solo motor, las autoridades conceden una serie de excepciones de manera que la operación se pueda llevar a cabo. Esta Cessna es una máquina muy fiable y moderna, que cuenta con un turbohélice PT6A Pratt & Whitney 114ª. Con esta motorización, consigue desarrollar una potencia de 687 CV, siendo su velocidad de crucero de 317 kilómetros por hora. Puede transportar desde 9 a 12 pasajeros y su peso máximo ronda los 4.000 kilos al despegue. La curiosidad de este modelo con matrícula americana, N425HP, es que no deja de ser un raro “avistamiento” para los spotters canarios. Los “spotters” son aficionados a la fotografía aeronáutica, que invierten muchas horas en los aeropuertos para obtener instantáneas de aviones curiosos o difíciles de divisar. En este caso, Manuel Estévez R. y Tave Myliu, han sido los dos primeros spotters “en todo el mundo”, en subir imágenes de esta Cessna a Internet. Toda una gran ocasión para estos virtuosos de la fotografía aérea que exploran sin cesar los cielos en la búsqueda de “raras avis”.

Foto de la Cessna tomada en Tenerife Sur por el spotter Manuel Estévez R.

DE CHARLES LINDBERGH A GUIDO WARNECKE

El primer piloto en cruzar el Atlántico fue Charles Lindbergh con su también monomotor, llamado “Spirit of Saint Louis”. La travesía siempre consiste en volar una línea denominada ortodrómica que es la línea más recta, siguiendo la curvatura de la tierra. Los cálculos que realizó Lindbergh para su plan de vuelo, le llevaron a aparecer en la costa irlandesa con un mínimo error en la posición prevista, luego continuó costeando hacia París. Lindbergh tardó la friolera de 33 horas y 32 minutos saliendo desde Nueva York. Su velocidad media fue de 214 kilómetros por hora. Portaba un motor Wright Whirlwind J-5C de 223 CV. El vuelo obviamente, se realizó a mano y sin automatismos y fue todo un hito, más hoy, una auténtica leyenda. Lindbergh creía que era mejor realizar el vuelo con un único motor. Pensaba que un avión con dos o tres motores sería más propenso a tener fallos en alguno de ellos, no permitiendo la continuación de su vuelo debido al peso. La aventura de Guido Warnecke no deja de ser otra gesta ya que, para realizar la entrega al cliente, que es la compañía Africair, confeccionaron el vuelo contemplando tres saltos diferentes.

Lindbergh junto a su legendario “Espíritu de San Luis” primero que cruzó el Atlántico