Yo me enteré de esa sencilla anécdota y la conté en El Cotarro y fue precisamente por leer EL DÍA y esta dominguera página, por lo que José Alberto Díaz se percató del despiste que había tenido, sin querer. En un gesto que le honra, parece que el alcalde lagunero no dudó en contactar directamente con el propio Pedro Ramos para disculparse por el “feo” sucedido. La conversación fue tan educada y cordial, que los dos personajes (ambos máximos líderes de sus respectivos partidos políticos en La Laguna) quedaron para cenar pero, por lo que se ve, ninguno de los dos pidió permiso para celebrar la cena a Javier Abreu, ni le invitaron a la misma. Cuentan que la cena fue de lo más agradable, distendida y provechosa. Y también cuentan que Javier Abreu se cogió un monumental mosqueo por no haber sido informado de ella, y no sé si hasta un ataque de celos por no haber sido invitado a la misma.
Javier Abreu Rodríguez, primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de La Laguna