Y dicen que de aquellos polvos vienen estos lodos. Porque desde aquella fecha Javier Abreu comenzó a “tocar los timbales” (políticamente hablando) con determinadas intervenciones o acciones durante los plenos municipales, lo de la nula iluminación de las fiestas del Cristo, lo de la presentación de La Noche en Blanco sin avisar al alcalde… Así una tras otra y al alcalde “llenándose la cachimba” poco a poco. Tanto que comentó con relevantes personalidades (yo creo que hasta con el propio Pedro Ramos, presidente del PSOE lagunero) sobre hasta cuándo y cuánto aguantar y qué hacer con Javier Abreu, llegado el caso. Y el caso fue que, el pasado mes de diciembre, cuando a José Alberto se le llenó del todo la cachimba, porque una determinada “gota” desbordó el vaso, el alcalde cesó a Javier Abreu como consejero delegado de Teidagua y lo mandó al paro, teniendo que cambiar el sueldo de consejero por el subsidio de desempleo, dejando meridianamente claro quién es el alcalde y quién manda en La Laguna, mientras alguien no presente una moción de censura… y la gane, claro.
José Alberto Díaz (i) y Javier Abreu en el transcurso de un Pleno del Ayuntamiento