La libertad general de las personas y más concretamente la libertad de expresión, es un principio fundamental de la propia fiesta carnavalera que, en todo momento y en cualquier caso, debe ser exquisitamente compatibilizado con el profundo respeto a cualquier tipo de creencias religiosas, tendencias sexuales, posibles discapacidades, ideologías políticas y, en definitiva, cualquier aspecto que pudiese ofender a las personas. Por ello, desde mi libertad y responsabilidad, creo y manifiesto que lo presentado por Borja Casillas, el profesor de Educación Infantil que estudia una adaptación para dar religión en colegios, y que ganó el primer premio de la Gala Drag del carnaval 2017 de Las Palmas de Gran Canaria, convertido en “Drag Sethlas”, con una fantasía del diseñador Nelson Rodríguez, estuvo absolutamente fuera de lugar y ha sido un triste y lamentable error por el que, sin necesidad ninguna, se ofende a mucha gente y que, a pesar de su difusión, resonancia y creo que mal entendida “promoción”, hace un flaco favor a la imagen de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y, sobre todo, a su ciudadanía. No entro en más polémicas y mucho menos con las personas.
Borja Casillas en una foto sacada de la Televisión Autonómica de Canarias