Termino casi con la misma foto con la que comencé esta serie. Pero, en este caso, acercando el objetivo de la cámara para que puedan ver mejor alguna de esas miles y miles de antenas parabólicas por donde ellos reciben las imágenes que ven en sus humildes televisores, conectados a una precaria red de electricidad o a un grupo electrógeno de gasoil. Horas y horas, días y días, meses o años, desde que nacen, viendo imágenes de una vida que, para ellos, es “de lujo” y casi inalcanzable, pero de la que ellos mismos saben que le separan solo 1.000 kilómetros de distancia y unos días en patera. Como me dijo monseñor Albert Happe “esta gente no tiene nada que perder aquí” … Por eso, por muchos centros de acogida, de internamiento para extranjeros (CIEs) que tengamos, por muchos cuarteles o recintos que adaptemos, o por muchos hoteles que les cedamos para su alojamiento, cuando el mar esté en condiciones seguirán viniendo más y más. La problemática (la hemorragia de inmigrantes hacia Canarias, España y Europa) seguirá a más, mientras no echemos inteligencia y pongamos soluciones allá, en el origen, en el foco y el motivo de la hemorragia. En este “Día de Finados”, nuestro recuerdo especial para los difuntos que se haya tragado el mar entre África y Canarias. Descansen en paz.
Miles de antenas como estas les enseñan, día a día, cómo se vive a 1000 Km. de ellos