DOS MESES CON LOS RASTREADORES MILITARES

El pasado sábado se cumplió el segundo mes del inicio de las labores de rastreo por parte de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica (UVe) «Canarias», integrada por rastreadores militares de los tres Ejércitos, que han estado desarrollando un trabajo constante de apoyo a la sociedad canaria en la lucha contra la pandemia del SARS-CoV-2 durante este periodo. Bajo la jefatura del Mando de Canarias, que ostenta el teniente general Carlos Palacios Zaforteza, esta UVe Canarias se encuentra integrada dentro del Mando Componente Terrestre (MCT) de la Operación «Misión Baluarte» y cuenta para funcionar con seis secciones de vigilancia epidemiológica (SVe). De ellas, cuatro pertenecen a la Brigada “Canarias” XVI (BRICAN XVI) del Mando de Canarias del Ejército de Tierra, una a la Armada y una al Ejército del Aire.

Rastreadores militares apoyando a las autoridades sanitarias de nuestra comunidad.

ACTIVACIÓN DE UN EVE ESPECIAL PARA TENERIFE

Destacar que desde el pasado día 17 de noviembre en la isla de Tenerife se ha llevado a cabo la activación de un Equipo de Vigilancia Epidemiológica (EVe) constituido por cinco rastreadores militares, para apoyar en los cometidos de rastreo, seguimiento y registro documental de los casos detectados y que se encuentra en fase de integración en dependencias de la Dirección General de Salud Pública en Santa Cruz de Tenerife. Bajo la jefatura del teniente general Carlos Palacios, al frente del Mando de Canarias, actualmente se dispone de rastreadores militares en las islas de Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, contabilizándose en la UVe “Canarias” un total de 110 militares (80 pertenecientes al Ejército de Tierra (Brigada «Canarias» XVI), 10 del Ejército del Aire y 20 de la Armada), activándose según demanda de las autoridades sanitarias. Además, se encuentran en proceso de formación 80 militares más pertenecientes al Ejército de Tierra. Los que todavía ponen en cuestión la necesidad de contar con unas Fuerzas Armadas, modernas y preparadas, siempre al servicio de la ciudadanía, deberían hacérselo mirar.

Una “rastreadora militar” desarrollando su labor en el centro de rastreo de Canarias.

EN EL 21º ANIVERSARIO DE SER PATRIMONIO MUNDIAL

En diciembre del año 1999, el casco histórico de La Laguna fue declarado “Bien Cultural Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO. Estos días la ciudadanía lagunera y todos los que aman La Laguna, celebraremos 21 añitos de aquella gran declaración. Otras ciudades “hermanas” tienen y cuidan con mimo y desvelo muchos iconos emblemáticos que, de alguna manera, se han hecho populares y las representan. Desde “La Sirenita” de Copenhague, al “Manneken Pis” de Bruselas, pasando por “el oso y el madroño” de Madrid, el toro de Wall Street, en Nueva York, o una antigua cabina telefónica roja de Londres. En La laguna, salvando las distancias, tenemos un curioso farol que, colgado en el Nº52 de la calle de La Carrera, señala que allí se encuentra, desde 1824 la farmacia Santos Lecuona. Hoy tenemos que congratularnos porque la, a veces demasiado estricta normativa, haya sido flexibilizada por unos técnicos que, inteligentemente, han sabido ver más allá y reconocer el valor y la historia que el farol de la botica encierra. Para que lo sepan, debo contarles (hasta donde he podido saber, gracias a Humberto y Antonio Lecuona Ribot) la historia de la botica y de su emblemático farol, con la estrella y la serpiente farmacéuticas.

El Manneken Pis de Bruselas, vestido para hacer un gran homenaje a los sanitarios

HISTORIA DE UNA FAMILIA Y SU VETERANA FARMACIA

Les puede chocar que cuente la siguiente historia en El Cotarro, pero, de alguna manera, historias como esta nos despejan la mente en estos complicados momentos, a la vez que hace un reconocimiento y homenaje a la carrera de Farmacia y a la noble profesión de farmacéutico o boticario. A principios del siglo XIX, Leodegario Santos López (nacido en Burgos el año 1794) vino a Tenerife para hacer el cuartel, momento en el que conoció a Antonina Cámara (hija de José Cámara Rebollo). Años más tarde, Leodegario se hizo farmacéutico y, con la idea de ejercer como boticario (y reencontrarse con Antonina) regresó a Tenerife. El año 1822 (o quizás un año antes) montó su primera farmacia en el Nº24 de la calle de La Carrera y, dos años más tarde, en 1824 se casó con Antonina y le alquiló un local a su propio suegro, en la parte baja de la casa familiar en la que vivía, en el Nº46 de la misma calle de La Carrera. Fallecido Leodegario Santos López,el año 1866, la farmacia pasa en 2ª generación a manos de Valeriano Santos Cámara, hijo de Leodegario y Antonina, también boticario de carrera, que llegó a ser alcalde de La Laguna y el que mandó a construir la popular fuente de la Plaza del Adelantado.

Actual fachada de la farmacia Santos-Lecuona, en la lagunera calle de La Carrera, con el histórico y emblemático farol, que ya los camiones han tirado tres veces.