♦ Luego José Luis Reina Delgado se licenció en Geografía e Historia y yo, tras acabar Arquitectura Técnica me dediqué a este apasionante oficio del periodismo… Los dos cogimos caminos profesionales distintos pero, aún en la distancia, nunca perdimos nuestra amistad… José Luis se metió a fondo en la política municipal (era Lagunero de adopción) y fue uno de los mejores concejales que ha tenido el ayuntamiento de La Laguna con Pedro González al frente… Ya estaba junto a él su compañera inseparable, Marianela, que también fue concejala… Más tarde cambió de tercio y comenzó a trabajar en la empresa privada de la mano de la naciente Binter Canarias, donde desarrolló una inmensa labor digna de elogio y siempre ayudando a todo y a todos… Hasta hace unos meses, cuando ya se encontraba en plena lucha contra el cáncer, con una entereza y dignidad absolutamente ejemplares, seguía llamándole “alcalde” (como él a mi), pensando juntos en el ayuntamiento de La Laguna… De proponérselo y haberlo lograrlo, habría sido, estoy convencido un gran alcalde… Nadie puede dudarlo: José Luis fue siempre un hombre cabal, un socialista íntegro, un profesional como la copa de un pino, el mejor compañero para Marianela y el mejor padre para sus hijos… Fue, sin duda, una gran persona… Descansa en paz, amigo alcalde… y sigue volando muy, muy alto.
Pedro González
PEDRO GONZÁLEZ ZEROLO, POR SIEMPRE
♦ No lo he hecho antes porque el mazazo fue duro y porque he preferido esperar a que la tristeza por la pérdida de un amigo, dejara paso al agradecimiento por haber podido conocerle y la alegría porque, sin duda, su vida será un ejemplo para muchos y su obra una feliz realidad que permanecerá en el tiempo… Tuve la oportunidad y el gran privilegio de conocer a Pedro Javier González Zerolo, que ahora ya descansa en paz… Permítanme que, aunque casi nunca lo hago, hoy El Cotarro sea monográfico y lo dedique a su persona, su vida y su obra… Y por extensión a su padre, el gran pintor Pedro González; a sus hermanos: Conchi, Eladio y Cristina, a toda su familia y por supuesto, muy especialmente, a Jesús Santos, su siempre atento, discreto y ejemplar marido.
Pedro González Zerolo con su permanente sonrisa… Un referente para todos.