Permítanme que, cuando estamos celebrando el centenario de su nacimiento, el 24 de abril de 1919, hoy termine El Cotarro con un pequeño homenaje al querido y recordado artista lanzaroteño, César Manrique Cabrera, quién me honró con su amistad. Una vez, en una entrevista radiofónica que le hice en directo, emitida en la ya desaparecida RadioCadena Española en Canarias, César, se autodefinió como “un hombre del espacio” y me contó que, en el momento de su nacimiento, vino al mundo sin poder respirar. Al verle casi morado, la partera no dudó en lanzarlo hacia arriba (le aventaron al espacio, decía el) y que, del susto que se llevó al verse caer al vacío, comenzó a respirar. O sea, que “había caído y nacido desde el espacio”. Hoy Canarias respira mejor (y más que debería hacerlo) gracias a la filosofía y las enseñanzas del gran César. Otro merecido homenaje es el que el empresario Wolfgang Kiessling, gran coleccionista de arte y especialmente de obras de artistas canarios, está tributando al irrepetible César Manriqueen la entrada hotel Botánico del Puerto de la Cruz, que dirige Gustavo Escobar y que, en verdad, es un hotel-pinacoteca. Buena iniciativa de Wolfgang Kiessling, que hay que visitar.
Exposición homenaje a César Manrique reunidas en la entrada del hotel Botánico, conformadas por obras del artista, propiedad de la Familia Kiessling, que hoy cuelgan habitualmente en este hotel-pinacoteca.