Todos los partidos en Canarias, incluyendo al propio PSOE (aunque solo lo digan por lo bajini y de puertas adentro) están hasta los mismísimos “timbales” del ninguneo y la tremenda tomadura de pelo que, de Cádiz para arriba, están cometiendo con las Islas Canarias y su buena gente, sin darse cuenta de que, efectivamente nuestra gente es buena… pero no tonta. El propio Ángel Víctor Torres, harto ya de sentirse ninguneado y puesto a los pies de los caballos, ha manifestado “con absoluta contundencia”dirigiéndose al Gobierno del Estado, que “tiene que actuar de otro modo con respecto a la inmigración”para terminar avisando que los canarios “nos vamos a revirar sin ninguna duda”. Pero lo cierto es que, en base a esa lealtad (quizá mal entendida) y supongo que también al principio de obediencia debida (hasta cierto punto) Ángel Víctor Torres y muchos responsables socialistas están haciendo por dentro de tripas corazón y por fuera el ridículo más impresentable, porque están poniendo en entredicho su dignidad y, lo que es más importante, la dignidad de Canarias y la de su buena y solidaria gente.
En vez de regalarle un timplillo a Pedro Sánchez (d) en presencia de Carolina Darias (i), Ángel Víctor Torres debería “regalarle” unos cuantos “centros de inmigrantes”