Entre tanta comida buena la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife (que depende de la concejala Zaida Candelaria González) no tuvo mejor idea que “empacharse” pero poniendo multas a diestro y siniestro, amargando la vida a un montón de sufridos conductores que, siguiendo las indicaciones de los incontrolados “gorrillas”, habían aparcado (como siempre) en la explanada de picón que está junto al Recinto Ferial. Los “guindillas” de la Policía Local chicharrera no tuvieron ni el detalle de ir un momento a las oficinas del Recinto Ferial, para avisar por la megafonía del Salón que retiraran los coches. Directamente multaron a un montón y hasta la grúa se llevó a unos cuantos cuyos propietarios (visitantes, expositores y hasta miembros de jurados) tuvieron que salir corriendo para intentar evitar la retirada por la grúa. Lo curioso (y más cabreante) fue ver más tarde a los propios agentes de la Policía Local tomándose unas cañitas (de uniforme) en el stand de la Compañía Cervecera de Canarias. Y es que después del trabajo que da poner tantas multas, da gusto tomarse una cervecita. Así se fomenta la actividad ferial.
El alcalde José Manuel Bermúdez (i) y su concejal de Seguridad Ciudadana, Zaida González, deberían inculcar a la Policía Local chicharrera una “inteligente flexibilidad”