EL DURO ESCRITO DE INTERSINDICAL CANARIA

Comencé escribiendo que Intersindical Canaria (IC), la Unión General de Trabajadores (UGT), Comisiones Obreras (CCOO), el Sindicato de Enfermería (SATSE), el Colegio Oficial de Médicos de Santa Cruz de Tenerife (COMTF), o el Colegio Oficial de Enfermería, y hasta los comités de empresa de los distintos hospitales, todos han estado y están mayoritariamente callados como tusos… Y no iba (ni voy) muy descaminado, pero lo cierto y verdad es que, en medio de mi crítica, denunciando que eran (y son) culpables por omisión, a la vista de su silencio cómplice, va y llega (el día 1) un comunicado (el segundo en unos meses, es verdad) de la sección de Intersindical Canaria en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), donde está como líder el puntal Abel Ramos Negrín. Un comunicado durísimo, directo y demoledor, titulado, textualmente: “Tras un año de gestión, DE MAL EN PEOR la situación laboral y asistencial en el HUC”, poniendo en él cinco fotografías y subtitulando “Si la inoperante Dirección no está de acuerdo con la ofensiva contra el HUC, lo más honesto es que dimita”. (Lo pueden encontrar en Internet y Facebook)

Afiliados y simpatizantes de Intersindical Canaria, manifestándose en el HUC

RELEVO DE ALBERTO PAZOS POR CONRADO DGUEZ.

Entonces comencé una segunda redacción apuntando que el presidente canario, Ángel Víctor Torres(PSOE), y su consejero del ramo, Blas Trujillo Oramas, tenían una «papa caliente» a la que tenían que hacerle frente de forma urgente y que, de los tres temas absolutamente urgentes: Sanidad, Turismo/Economía y Educación, el primero a tratar era tranquilizar las aguas en Sanidad y, definitivamente, plantarle cara a la crisis del COVID-19 con profesionalidad y rigor. Y cuando estaba en ello, salta la noticia del posible relevo de Alberto Pazos como director del Servicio Canario de la Salud (SCS) para volver a poner al frente del mismo a Conrado Domínguez Trujillo. Y me vuelven a fastidiar lo redactado y retomo una tercera redacción, para manifestar que, de forma inteligente y valiente, Ángel Víctor y Blas han querido «meter mano» al problema nada más comenzar este nuevo «curso político». Me refiero al hecho de rectificar (que es de sabios) y volver a recuperar a Conrado Domínguez y nombrarlo, de nuevo, director del SCS

Blas Trujillo (i), consejero de Sanidad, y Ángel Víctor Torres, presidente de Canarias.

TREMENDA CARAJERA EN EL POSE Y PODEMOS

Tengo claro que el presidente Ángel Víctor Torres se la ha jugado apostado fuerte y decididamente por Conrado Domínguez, plantando cara a las presiones de muchos de su propio partido, tanto en Gran Canaria como en Tenerife. Muchos (o quizá no tantos) personajes «influyentes», que muchas veces continúan viendo fantasmas donde seguramente no los hay, y sabiendo, además, que, lamentablemente, en el PSOE actualmente no tienen personas preparadas (me consta que sí las tienen) o bien, las que hay, por razones que sería interesante analizar, no quieren entrar en Política y se niegan a aceptar un cargo, por muy relevante que éste pueda ser, y al margen de los potenciales sueldos, que no llegan a compensar los sacrificios (personales, familiares y profesionales) que dichos cargos conllevan. Por ello, más de un miope (o mediocre) socialista, y unos cuantos más en Podemos, se mosquearon y plantaron… pero sin éxito final, a pesar de las amenazas y posteriores dimisiones de Jesús Morera (hoy ya exgerente del Hospital Doctor Negrín) y Ricardo Redondas (hoy ya exdirector de Atención Primaria en Gran Canaria).

Jesús Morera, ex consejero de Sanidad y hoy ex director del Hospital Dr. Negrín.

LA REALIDAD EXIGIÓ MANO FIRME Y DECISIÓN

Todo lo hasta aquí contado (y lo no contado, pero que se contará poco a poco) tiene que ver con una decisión complicada pero firmemente tomada por Ángel Víctor Torres, con el beneplácito de Román Rodríguez y el sabio asesoramiento de puntales cercanos a él como José Julián Istúritz. De muchas llamadas a muchas personas relevantes de distintos estamentos y sectores (de aquí y de más lejos). Después de lo anunciado y de un cierto ridículo ante la media “yenka” montada, la decisión no podía, no debía ser otra. La realidad de la Sanidad canaria en medio de la pandemia y ante lo que pueda venir los próximos meses, no permitía dilatar más la situación de inestabilidad y el tóxico ambiente y mal rollo que se iba extendiendo por todos los sectores, desde los centros de atención primaria a los hospitales de referencia, pasando por muchos despachos políticos y no tan políticos.

Ángel Víctor Torres (i), Román Rodríguez (c) y Julio Pérez que, de una manera u otra, mucho han tenido que ver en todo lo sucedido esta pasada semana.