♦ Termino en positivo con aires de joropo, mirando hacia Venezuela… He hablado varias veces esta semana con familiares y amigos de nuestra querida «Octava Isla», donde se respira tranquilidad y prudencia, mezclados con ilusión y esperanza. La cercana Venezuela espera que las cosas cambien y que madure de una vez Nicolás Maduro, el ínclito presidente del gobierno bolivariano, junto con su «mano derecha (o izquierda) Diosdado Cabello, aún presidente de la Asamblea Nacional, que tal baila. En cualquier caso, confío en la inteligencia y profesionalidad de un amplio sector de las fuerzas armadas venezolanas (que no bolivarianas) que entienden lo que en realidad está pasando. El líder opositor, Leopoldo Torres y el resto de presos políticos (no asesinos, por cierto) que aún están encarcelados, deben ser puestos en libertad cuanto antes para que todo se normalice de la mejor manera antes del 5 de enero, fecha de constitución de la nueva asamblea emanada democráticamente de las pasadas elecciones). Ojalá que así sea y… ¡Feliz Año Nuevo!