Él no me creerá y, en cualquier caso, nunca me lo reconocerá, pero les confieso que le tengo aprecio a Javier Abreu, el concejal socialista lagunero que en los últimos tiempos ha venido cavando su propia fosa política, al menos en el PSOE. He destacado aquí la dedicación de Javier a la cosa política, su capacidad de trabajo y hasta la de enredar, pero se ha pasado tres pueblos. El empresario gomero Antonio Plasencia Santos, listo y ocurrente como él solo, decía que Pepe Segura era de los que “se suicidaba en defensa propia”. El bueno de Javier Abreu no sé si se ha suicidado (políticamente, por supuesto) pero debe estar bastante perjudicado, visto lo visto. Me temo que se puede aplicar la fracesita a Javier Abreu… y a los que ha arrastrado con él. Al final las cosas (suele pasar) son más sencillas de lo que parecen y, en este caso, ya lo ha dejado claro el alcalde lagunero, José Alberto Díaz, cuando afirmó que “estaba harto de mentiras y zorrerías”. En La Laguna, coñas, las justas.
José Alberto Díaz, alcalde de La Laguna, esperó en la bajadita… a Javier Abreu