Ya relaté hace tiempo lo que estaba pasando en la “villa de arriba” (como decimos los laguneros) comparando la situación con una partida… Si fuera de ajedrez, Javier Abreu intentó dar un jaque mate a José Alberto sin darse cuenta que el alcalde estaba enrocado. Si hubiera sido de “siete y medio”, Javier no ha caído en la cuenta de que pierdes si te vas a ocho. Igual que en el Blackjack te fastidias si te pasas de veintiuno. En el envite hay que ganar dos de las tres manos y saber cuándo se puede envidar y cuándo no. Y saber que no puedes jugar en los dos equipos a la vez. El alcalde José Alberto Díaz tenía triunfos guardados para las tres manos (triunfos en su partido y hasta en el del propio Javier). Y hay que reconocer que el alcalde le “hizo señas” más de una vez a Javier Abreu, avisándole de ello, pero no hizo caso. Y hay que saber que, de terminar la partida jugándosela “a reyes”, el alcalde iba cargado (de razones) en forma de chilajos políticos. Pero Javier Abreu, que no sé si sabe mucho o poco de envites (canarios) parece que no cogió “las señas” y lanzó más de un “farol” … Al final, como ya dije, “chico fuera” y a escupir a la calle.
Javier Abreu (i) con Pedro Sánchez (c) y Pedro Ramos… Ahora Javier está solo.