MENOS POLÍTICA (MALA) Y MÁS VACILÓN

Estarán ustedes conmigo en que el personal está hasta los mismísimos timbales de la política mal entendida, de tanto chalaneo y de tanto canchanchán. Por otro lado, estarán ustedes conmigo en que, la puñetera crisis y la mencionada política de medio pelo, han hecho que el buen humor y el índice de vacilón hayan bajado de manera preocupante. Les dejo tres frases para empezar: No hay que olvidar que el gran Leonardo Da Vinci apuntó que “si es posible, se debe hacer reír hasta los muertos”, también que el escritor Herman Melville manifestó que “Yo no sé todo lo que podrá pasar, pero, sea lo que quiera, iré a ello riendo” y que hasta el mismísimo profeta Mahoma dijo que “El que hace reír a sus compañeros merece el paraíso”. Yo no sé si pisaré el paraíso, pero, por lo pronto, me conformo con que usted que lee El Cotarro, sonría un poco en esta mañana de domingo.

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Retrato del gran Leonardo Da Vinci, junto a la permanente sonrisa de La Gioconda.

UN AJEDREZ EN MEDIO DE LA RECOVA

Se puede sonreír, por ejemplo, sabiendo que un puesto del mercado de La Laguna, podría entrar en el Libro Guinness de los Récords, por ser el único en el mundo donde (que se sepa) la clientela mientras espera su turno para realizar la compra, puede disputar una partidita de ajedrez contra los empleados del mismo. Sucede en el popular y acreditado puesto de Sergio Gutiérrez Yanes, que desde hace más de veinte años regenta y gestiona junto con Candelaria Suárez Torres y su esposo Adolfo Mejías Duque. Están especializados en carnes del país y, casi seguro, tienen las mejores legumbres y salazones de la Recova lagunera. Hasta los turistas se quedan alelados y sacan fotos como la que les pongo en exclusiva, sacada mientras se estaba disputando una partida, con Candelaria Suárez vigilando desde detrás a los recoveros jugadores.

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Sergio Gutiérrez (i) y Adolfo Mejías, muy pensativos en plena partida de ajedrez.

QUIZÁ ÚNICO EN EL MUNDO (QUE SE SEPA)

Los jugadores “oficiales” son los propios trabajadores del puesto, Sergio Gutiérrez Yanes (maestro carnicero) y Adolfo Mejías Duque (más popularmente conocido como “El Chamo” (experto en legumbres y salazones) que cada mañana comienzan una nueva partida. Si en un momento uno de los dos está atendiendo y trabajando, algún cliente que se anime puede pedir autorización para efectuar un movimiento de ficha en nombre del que está en el tajo. Lo cual significa que el ajedrez entretiene, no sólo a Sergio y a Adolfo, sino a la propia clientela del puesto, que está encantada del “buen rollo” y de la oportunidad que se le da para echarle unos minutos al ajedrez entre chuletas y judías. No sé a quién se le ocurrió mover el primer peón, ni cómo llegó a convertirse en un hábito participativo, pero lo cierto y verdad es que, como idea de marketing está triunfando (aparte de la carne y las legumbres, que están del diez). Sin duda, da gusto ver la forma de trabajar de Sergio Gutiérrez, junto con Cande Suárez, Adolfo Mejías y todo su equipo, es un ejemplo de cómo se puede dar vida, movimiento y rentabilidad a un mercado tradicional, como es nuestra Recova de La Laguna.

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Sergio Gutiérrez (i) jugando con Adolfo Mejías, mientras Cande Suárez vigila detrás

TINERFEÑOS ACEITUNEROS ALTIVOS

También podemos sonreír de alegría y satisfacción porque aquel popular poema “Aceituneros”, que escribía el poeta Miguel Hernández y cantaba Paco Ibáñez, ya lo podemos trasladar (con permiso y con perdón) al sur de Tenerife. Y es que, de la mano de la Sociedad Cooperativa Cumbres de Abona, con su presidente Manuel Marrero Reyes al frente, hoy ya podemos decir con todo el derecho del mundo “tinerfeños de Abona, aceituneros altivos, decidme en el alma ¿quién levantó los olivos?”. Tras unos días de intenso trabajo, los trabajadores de la división aceitera de Cumbres de Abona, han finalizado de forma muy satisfactoria la recogida de aceituna para la elaboración de su ya reconocido aceite de oliva virgen extra, OleoTeide, premiado con la Gran Oliva de Oro en el I Concurso de Aceites de Oliva Virgen convocado por el Cabildo de Tenerife en 2015. Manuel Marrero, ha valorado la recogida de la oliva como satisfactoria y rentable pues, a pesar de no haber sido uno de los mejores años, se ha calculado de media unos 60 kg. de aceitunas por árbol, en olivos de tan solo diez años. Pero también Manuel Marrero, en su condición de presidente de la Cooperativa Cumbres de Abona, manifestó que los agricultores del sur de Tenerife demandan más agua y en mejores condiciones de precio y calidad para fomentar el desarrollo de esta nueva producción olivarera de nuestra isla, y reclama a las instituciones públicas responsables y a las autoridades que las regentan una mayor implicación y apuesta por el sector aceitero tinerfeño. Ojalá que así sea y, mientras tanto, nos quedamos con la alegría de saber que, en alrededor de quince días podremos contar con el nuevo OleoTeide 2016 en el mercado.

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Aceitunero tinerfeño recolectando en Abona y, en la foto de al lado, Manuel Marrero.