Esa sentida sentencia de… “se nos ha ido una santa”, viene que ni pintada para ir rematando El Cotarro de este domingo. Y es que, hace hoy exactamente siete días, se nos fue, a los 97 años de edad, una pequeña gran mujer, Sor Cristina Fernández Hernández, que, sin duda, se portó siempre como una santa y a la que todos queríamos y respetábamos con admiración. Muchos tinerfeños, sobre todo la ciudadanía lagunera, la recordará, chiquita, menuda, con su humor socarrón y siempre sin parar, vistiendo el hábito de su querida comunidad religiosa, las Siervas de María Ministras de los Enfermos, en el convento de La Laguna. Las Siervas de María llegaron a La Laguna el año 1899 y Sor Cristina (que nació en Sotillos, Ávila) llegó en 1972 y, en su Casa lagunera, desarrolló su vocación y misión durante nada más y nada menos que 34 años seguiditos, continuamente atendiendo, cuidando y dando compañía durante la noche, junto con otras hermanas de su comunidad, a cientos (yo diría que a más de un millar) de enfermos y personas mayores dependientes.
Sor Cristina Fernández (Sierva de María) una “santa lagunera” que descansa en paz