Se supone que un sencillo alcalde como Paco Linares, no tiene tiempo, ni puede, ni debe dedicarse a mucho más que a su municipio… Y mucho menos Jose Bermúdez, como alcalde de una gran ciudad, capital de provincia y co-capital regional. Como, de igual modo (reitero que hay que fijarse en el modelo del País Vasco) un presidente del Gobierno regional como Ángel Víctor Torres, o su vicepresidente, Román Rodríguez, no pueden tener tiempo para ocuparse del cargo, comparecer en el Parlamento, atender a sus responsabilidades de gobierno, asistir a los actos institucionales propios del cargo y, además, ocupar cargos en su propio partido. Todo eso sin olvidar, además, que debe tener tiempo para vivir su “propia” vida, tiempo para sí mismo (descansar, hacer deporte…) , para su vida en pareja (si la tiene), para su familia y sus hijos (si es el caso) y también para sus amigos (un vaso de vino y un envite de vez en cuando, por ejemplo, no viene mal) y descansar, claro, para poder rendir como se les exige. Eso implicaría, en el caso de Fernando Clavijo, por ejemplo, que siendo senador o quizá de nuevo candidato a la Presidencia del Gobierno canario, no tendría tiempo material para atender y rendir debidamente como secretario de todo el partido. No busquen problemas. Quien me quiere entender, me entiende.
El vicepresidente canario, Román Rodríguez (i) junto al presidente, Ángel Víctor Torres