EN EL 21º ANIVERSARIO DE SER PATRIMONIO MUNDIAL

En diciembre del año 1999, el casco histórico de La Laguna fue declarado “Bien Cultural Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO. Estos días la ciudadanía lagunera y todos los que aman La Laguna, celebraremos 21 añitos de aquella gran declaración. Otras ciudades “hermanas” tienen y cuidan con mimo y desvelo muchos iconos emblemáticos que, de alguna manera, se han hecho populares y las representan. Desde “La Sirenita” de Copenhague, al “Manneken Pis” de Bruselas, pasando por “el oso y el madroño” de Madrid, el toro de Wall Street, en Nueva York, o una antigua cabina telefónica roja de Londres. En La laguna, salvando las distancias, tenemos un curioso farol que, colgado en el Nº52 de la calle de La Carrera, señala que allí se encuentra, desde 1824 la farmacia Santos Lecuona. Hoy tenemos que congratularnos porque la, a veces demasiado estricta normativa, haya sido flexibilizada por unos técnicos que, inteligentemente, han sabido ver más allá y reconocer el valor y la historia que el farol de la botica encierra. Para que lo sepan, debo contarles (hasta donde he podido saber, gracias a Humberto y Antonio Lecuona Ribot) la historia de la botica y de su emblemático farol, con la estrella y la serpiente farmacéuticas.

El Manneken Pis de Bruselas, vestido para hacer un gran homenaje a los sanitarios

HISTORIA DE UNA FAMILIA Y SU VETERANA FARMACIA

Les puede chocar que cuente la siguiente historia en El Cotarro, pero, de alguna manera, historias como esta nos despejan la mente en estos complicados momentos, a la vez que hace un reconocimiento y homenaje a la carrera de Farmacia y a la noble profesión de farmacéutico o boticario. A principios del siglo XIX, Leodegario Santos López (nacido en Burgos el año 1794) vino a Tenerife para hacer el cuartel, momento en el que conoció a Antonina Cámara (hija de José Cámara Rebollo). Años más tarde, Leodegario se hizo farmacéutico y, con la idea de ejercer como boticario (y reencontrarse con Antonina) regresó a Tenerife. El año 1822 (o quizás un año antes) montó su primera farmacia en el Nº24 de la calle de La Carrera y, dos años más tarde, en 1824 se casó con Antonina y le alquiló un local a su propio suegro, en la parte baja de la casa familiar en la que vivía, en el Nº46 de la misma calle de La Carrera. Fallecido Leodegario Santos López,el año 1866, la farmacia pasa en 2ª generación a manos de Valeriano Santos Cámara, hijo de Leodegario y Antonina, también boticario de carrera, que llegó a ser alcalde de La Laguna y el que mandó a construir la popular fuente de la Plaza del Adelantado.

Actual fachada de la farmacia Santos-Lecuona, en la lagunera calle de La Carrera, con el histórico y emblemático farol, que ya los camiones han tirado tres veces.

UNA GRAN BOTICA CON CASI 200 AÑOS DE HISTORIA

Fallecido prematuramente Valeriano Santos, la farmacia pasó en 3ª generación a su hijo, Manuel Santos Madan (uno de los fundadores del Ateneo de La Laguna) quien se casó con Elena Mac-Kay Monteverde pero que, lamentablemente, no tuvieron descendencia. Fue entonces cuando Manuel Santosadopta como prohijado a su sobrino, Humberto Lecuona Mac-Kay, que estudió Farmacia en Granada y siguió el oficio de boticario con la titularidad de la farmacia ya en 4ª generación, casándose más tarde con Nieves Ribot García-Yanes. La farmacia, ya con la denominación Santos-Lecuona sigue su historia y llega en 5ª generación a manos del también recordado farmacéutico Guillermo Lecuona Ribot (tristemente fallecido el año 2016) quien se casó con Mariví Méndez. En la actualidad, ya en 6ª generación y a punto de cumplir 200 años de larga historia y fecunda trayectoria, está en manos de Raquel Lecuona Méndez (hija de Guillermo y Mariví) y también farmacéutica de carrera, que cuenta con la colaboración de su hermano Guillermo y un gran equipo de profesionales.

Guillermo Lecuona Ribot, en 2015, con la Parranda “Lo Divino” de la Peña “El Gofio”

LA FARMACIA LECUONA REPONE SU ICÓNICO FAROL

Tiene casi 120 años de vida y ha estado colocado en la fachada de la reconocida farmacia Santos Lecuona de La Laguna, fundada en 1824 (dentro de 4 años cumplirá 2 siglos) en el Nº52 de la calle de La Carrera, donde se ha convertido en todo un icono de la ciudad. Se trata de un farol muy especial que el año 1901 compro y trajo de Sevilla el boticario Manuel Santos Madan, titular de la farmacia en aquel año. El emblemático farol y su soporte recuerdan el símbolo de los farmacéuticos: la copa de Higía, con la serpiente enroscada, que simboliza el poder del veneno, que o bien puede matar o bien curar, una vez convertido en medicamento en la copa.En el caso de nuestro farol, la copa sería la propia lámpara y su soporte está formado por una serpiente realizada en forja. Si lo miran detenidamente, lo verán sin problema. Con el tiempo se ha convertido en icono de la farmacia y objeto tradicional y muy respetado en el paisaje urbano del casco histórico lagunero. Pero la peatonalización ha quitado aceras y los políticos las jardineras que, de alguna manera, impedían que los coches y furgones se acercaran a las fachadas. Por ello y entre 2019 y lo que llevamos de puñetero y pandémico 2020, dos camiones han tropezado con la emblemática lámpara y la han tirado al suelo, causándole desperfectos preocupantes.

El emblemático farol en la fachada de la farmacia Santos-Lecuona en La Laguna