El pasado Viernes Santo, a la salida de la procesión de la cofradía del Lignum Crucis desde la Parroquia Matriz de la Concepción de La Laguna, la banda de música interpretó parte del Himno Nacional (o Marcha Real). Un mando de la Policía Local lagunera de nombre Javier (creo que sargento o subinspector), muy profesional y absolutamente respetuoso, se puso firme de forma espontánea y adoptó la posición de saludo. Por el contrario, uno de los jóvenes policías locales (no sé si procedente de la última camada salida de la extinta Academia Canaria de Seguridad) “pasaba” ampliamente del gesto. Un cofrade que salía en procesión le dijo por lo bajini que saludara y el agente extrañado le preguntó que por qué. El cofrade solo le indicó con un simple gesto que mirara al “mando” que tenía enfrente y al verlo, aunque no muy convencido, se puso también en posición de saludo. Cuando terminó el himno, el policía miró al cofrade y le dijo “Yo aquí no estoy en el Ejército”, a lo que el cofrade respondió “No es que usted sea o no militar, o que la policía no sea el Ejército, es cuestión de que usted es un agente oficial de la autoridad y, aunque sólo sea por respeto, debe saludar cuando se interpreta el himno oficial de su país”… La cosa quedó así… Una hora y poco después, en la puerta de la misma iglesia, el mismo joven policía local de La Laguna estaba junto con otros tres compañeros. A la entrada de la procesión, cuando volvió a sonar el Himno Nacional, los cuatro se pusieron en posición de firme y saludaron respetuosamente. Bien hecho. No sé qué opinará sobre esto José Jonathan Domínguez Roger, el actual concejal lagunero de Seguridad Ciudadano, máximo responsable de la Policía Local, después del señor alcalde. Amén.
La procesión del Lignum Crucis, saliendo el pasado viernes, tras oír el Himno Nacional