En los próximos días y a través de otras páginas especializadas de EL DÍA y de otros medios, ustedes se enterarán de lo allí tratado y de sus resultados. Pero el solo hecho de haberse celebrado, de haber sentado a las tres consejerías junto con los representantes de dos sectores clave para nuestra economía, el turístico y el enológico, bien merece el aplauso. Otra cosa es que haya que meter a más gente y más sectores, como reconoció José Díaz-Flores (director del ICCA) en las conclusiones finales. Yo por mi parte reitero que, al hilo de lo manifestado por, entre otros, el arquitecto Hugo Luengo Barreto (Presidente de la D.O.P. Islas Canarias y de la Asociación de Viticultores y Bodegueros de Canarias), el empresario Felipe Monje (propietario de Bodegas Monje), el palmero Andrés Hernández (propietario de Salinas de Fuencaliente), el técnico Miguel Ángel Rodríguez (secretario del Cabildo Insular de Fuerteventura) o el empresario Juan José Otamendi (copropietario de Bodegas El Grifo), quedó claro que los empresarios de ambos sectores van por un lado (a pie de calle y con ganas, pero sorteando pegas y más pegas) y la Administración por otro (con sus políticos y técnicos) casi como en «otra galaxia» y, sin duda, a otra velocidad.
El arquitecto Hugo Luengo Barreto (DOP Islas Canarias y Avibo) contando unas cuantas verdades en la tribuna del salón de actos de la bodega El Grifo.