Pasó la Nochebuena, la Nochevieja, el día de Reyes y en un movimiento y decisión que todavía hoy muchos no entienden, José Carlos Francisco decidió (estatutaria y reglamentariamente lo puede hacer, como presidente de CEOE Tenerife que lo es) cesar como miembros de su Comité Ejecutivo solo a tres de los 25 empresarios que lo conforman: Francisco Gómez Méndez, Martín García Garzón y José Luis García Martínez. Tres grandes empresarios de prestigio, gran trayectoria y un peso (económico, político y de generación de puestos de trabajo) que trasciende de Tenerife y Canarias. Además (menos lo entiende mucha gente) el anuncio del cese fue realizado no precisamente guardando las mínimas formas de elegancia al uso en estos casos. Al bueno de Paco Gómez se lo dijo José Carlos Francisco cinco minutos antes de comunicar su cese a la Junta Directiva, y Martín García se enteró por Paco Gómez. Y muchos miembros del propio Comité Ejecutivo y de la Junta Directiva de la CEOE (hoy absolutamente indignados y cabreados) se enteraron por los medios de comunicación. Algunos me han manifestado, textualmente, que “ha sido un gol en fuera de juego, metido con muy mala leche”.
Paco Gómez Méndez (i), Martín García Garzón (c) y José Luis García Martínez.