Algunas personas (pocas) me han preguntado en los últimos días por una supuesta “guerrita” en el mundillo tinerfeño (y canario) de la gastronomía. Tranquilos. No pasa nada interesante, más allá de la simple anécdota. Como decía el gran periodista gastronómico Manuel Iglesias (ese sí, amigo y maestro) “aquí no hay monumento al soldado desconocido, porque nos conocemos todos”. Por explicar algo y dejarlo claro, quédense con dos individuos (uno que no está en el sector gastronómico y otro que llegó hace poco pero que aún no se entera mucho) han querido buscar problemas donde (de verdad) no los hay.
Manuel Iglesias García, padre del periodismo gastronómico de Tenerife.