El mantenimiento, cuidado y rigurosa conservación de todo el patrimonio (solo la escultura del Cristo tiene un valor incalculable) y la labor social y caritativa requieren una inversión anual que la Esclavitud afronta como puede. Para ello y al margen de alguna subvención puntual, la Esclavitud depende de las cuotas de los esclavos, la venta de recuerdos en la tienda del museo del Cristo, venta de lotería de Navidad y, sobre todo, de las donaciones voluntarias de la feligresía, así como la puesta en marcha de alguna iniciativa que genere ingresos. La Junta que ahora preside Francisco Doblas ha tenido una interesante idea, que hay que conocer para, después, poder opinar.
Panorámica con la vista actual (muy deteriorada) de la fachada del espacio a utilizar para el futuro velatorio.