Al querido y recordado Pedro Molina Ramos (el que fuera líder del sector ganadero de Tenerife y Canarias) muchas veces le espetaban que Ricardo Melchior (el que fuera presidente del Cabildo de Tenerife) siempre le daba todo lo que pedía. El bueno de Pedro Molina (q.e.p.d.) respondía con la tranquilidad que le caracterizaba que él sólo le pedía a Ricardo lo que sabía que el presidente del Cabildo estaba en su mano y que le podía dar. Y por eso, decía, Ricardo Melchior se lo daba. Cosa parecida le sucede al trabajador alcalde de El Rosario, el incansable y desinquieto Escolástico Gil Hernández, que las sigue, las sigue, hasta que las consigue. En este caso, claro está, con el actual presidente del Cabildo, Carlos Alonso.
El bueno de Escolástico Gil Hernández, alcalde del municipio tinerfeño de El Rosario.