Aunque esta no es la primera vez que el reconocido jugador visita las instalaciones de Loro Parque, Courtois no quiso despedirse sin antes dedicar unas palabras en el Libro de Oro, en el que afirmó haber pasado un “gran día” junto a su familia en las instalaciones de esta auténtica embajada animal. A la vista está que Courtois es largo como el solo y delgadito como un pincel, pero demostró que, a la hora de comer, tiene un “saque” que Dios se lo conserve. El hombre se metió entre pecho y espalda un tremendo “Steak Tartar” que no se lo salta un torero. Y las calorías que pudo ganar, las soltó al día siguiente en el Siam Park, donde también con su familia disfrutó del mejor parque acuático del mundo. Thibaut Courtois compartió estas experiencias con sus miles de seguidores en las principales redes sociales, lo que supone, sin duda, todo un “golazo” de promoción turística para Tenerife.
El portero del Madrid, Thibaut Courtois (en el centro) con el equipo de cocina y sala de Brunelli’s Steakhouse.