Detectada la importante irregularidad del tema con ramificaciones internacionales, al poner el ICIA el tema y el presunto robo en conocimiento del Centro Internacional de Inteligencia (CNI), éste reaccionó con profesionalidad y, al parecer y dada la relevancia y repercusión del asunto, decidió crear una discreta sucursal del centro en Tenerife (léase célula especial con siglas CSI- El Pico), con sede también en Tejina (La Laguna) y optó mandar y destacar a dos de sus más inteligentes y autóctonos agentes de inteligencia: Juan Francisco Capote (con nombre en clave “agente Capotín”) y su fiel compañero Agustín González (con nombre en clave “agente Fosforito”… Más bien, Fóforo, para los amigos). Ambos agentes viajaron desde el exterior acompañados de un perro policía secreto de raza Pastor Alemán y de nombre original Alfred (pero que vino disfrazado de Presa Canario y con el nombre en clave alias Sultán)
El agente “Fóforo” (i) y el agente “Capotín” (d), con sus gorros cachuchos blindados y sus chalecos (en este caso, mantas esperanceras antibalas) agarrando al agente “Sultán” (aunque en verdad es “Alfred”, un perro policía secreto Pastor Alemán mimetizado como Presa Canario)