Desde el privilegio de haber visto, palpado y sentido la problemática “in situ” en las costas de Mauritania, me veo en la necesidad y obligación de repetir a quien me quiera leer, escuchar y entender, que hacer cosas aquí (por muy bien que los acojamos y les atendamos) no es la solución. La hemorragia seguirá en el tiempo mientras no se llegue al origen de la misma y se corte el flujo de sangre. Nuestro presidente, Ángel Víctor Torres, tiene que ponerse en su sitio, desde la cruda realidad que le da la razón. Por encima de partidismos y obediencias mal entendidos. Hay que hacer cosas en origen. Hay que echarle imaginación, recursos, dinero… No hay otra solución. Se sabe que Europa necesitará mano de obra y un determinado tanto por ciento de inmigración legal, regulada y controlada. Pero cientos de miles de seres humanos tienen que vivir dignamente en sus lugares de origen, donde ellos mismos quieren estar con su gente. Pero, repito, como dice Mons. Happe, tienen que tener algo que perder allí. Amén.
De izquierda a derecha: Ángel Víctor Torres (presidente de Canarias) Fernando Grande-Marlaska (ministro del Interior) y Román Rodríguez (vicepresidente canario)