LA NECESIDAD DE UNA POLÍTICA NOBLE Y POSITIVA

Comienzo El Cotarro de hoy confesándoles que, si bien mi vocación original fue siempre la de ser periodista, cuando acabé el llamado Curso de Orientación Universitaria (COU) aún no se habían establecido en la Universidad de La Laguna los estudios de periodismo y yo no podía ir estudiar fuera. Por ello, el año 1974, cuando tenía 18 años, comencé a estudiar la carrera de aparejador en la Escuela de Arquitectura Técnica de La Laguna. Allí tuve la oportunidad, el privilegio y hasta el honor de conocer a Rafael Monzón Geara (más conocido por todos cariñosamente como Felo Monzón “Hijo”, un socialista de pro que era hijo del gran artista Rafael Monzón Grau-Bassas (Las Palmas de Gran Canaria, 1910-1989) uno de los grandes artífices de la nueva síntesis identitaria de la “canariedad”, formulada plásticamente en el seno de la Escuela de Luján Pérez, en los años 30 del pasado siglo. El gran Felo Monzón “Hijo” me descubrió la nobleza, la importancia y la necesidad de la Política, en mayúscula.

Rafael Monzón Grau-Bassas

MIS POQUITOS AÑOS DE MILITANCIA EN JUVENTUDES

El querido y recordado Felo Monzón (lamentablemente fallecido hace unos pocos años) me convenció para que me afiliara a las Juventudes Socialistas de Canarias y en ellas estuve militando los cuatro años de carrera, compartiendo inquietudes democráticas y ansias de libertad con otros puntales como el también fallecido y muy recordado José Luis Reina, que más tarde sería concejal socialista en La Laguna y, profesionalmente, un puntal de Binter. Cuando acabamos la carrera de aparejador, Felo Monzón siguió militando activamente (llegó a ser director general de Juventud en el primer Gobierno canario presidido por Jerónimo Saavedra) y profesionalmente se dedicó a la docencia, siendo un magnífico profesor de dibujo en Gran Canaria, donde uno de los institutos de formación profesional, donde él precisamente dio clases, hoy lleva su nombre. Y yo encaminé mis estudios, mi profesión y mi vida al periodismo y, desde aquel mismo momento, entendí que no debía militar en ningún partido político. Y así lo he mantenido durante estos más de cuarenta años en los que he podido ejercer mi profesión desde la imparcialidad y neutralidad o, al menos, lo he intentado.

Fachada de la Casa de la Juventud Felo Monzón Geara, en Gran Canaria.

CAMBIO A LA DEMOCRACIA EN PAZ Y CONCORDIA

Pero en aquellos cuatro años tuve oportunidad de conocer a muchos políticos de signos, ideologías y partidos distintos y aprender de todos. Y hasta viví desde dentro el referéndum de 1976 sobre el Proyecto de Ley para la Reforma Política. En 1977 colaboré y participé activamente en las primeras elecciones generales de España, para elegir a los miembros que iban a constituir las Cortes Generales (Congreso de los Diputados y Senado). Fueron unos comicios de carácter histórico, ya que constituyeron las primeras elecciones libres que se celebraban en el país desde la Segunda República y también las primeras elecciones libres tras la dictadura de Francisco Franco. Ganó la Unión de Centro Democrático (UCD) con Adolfo Suárez, pero ya el Partido Socialista, con, Felipe González como líder, dio la sorpresa y se convirtió en la segunda fuerza política con 120 escaños. Mi paso por la política en Juventudes terminó el año 1978 tras la también histórica votación del referéndum para la ratificación del Proyecto de Constitución. Y el año 1979 me convertí de lleno en periodista, ya en democracia y con la Constitución de 1978 convertida en una feliz realidad.

Adolfo Suárez (i) saluda a Felipe González

ALFONSO GARCÍA RAMOS ME ANIMÓ AL PERIODISMO

Me animó a seguir mi vocación por el periodismo el recordado maestro de periodistas Alfonso García Ramos, que fue director del vespertino “La Tarde”. Alfonso era un socialista íntegro, uno de los líderes y animadores de la desaparecida “Peña Tertulia de los Jueves” en La Laguna (de la que fui uno de sus últimos participantes y de la que un día les hablaré) y llegó a ser consejero de Cultura del Cabildo de Tenerife. Cuando en 1979 me estrené como periodista en Radio Club Tenerife (EAJ-43), de la mano de Paco Padrón García como director, en los primeros y recordados estudios de la santacrucera calle de Suárez Guerra, comencé a tratar con los políticos en activo, que gozaban de un tremendo respeto y consideración por parte de la ciudadanía.

Alfonso García Ramos, respetado y recordado director del periódico “La Tarde”