DEBATE INTERESADO ENTRE BANDERAS

Siempre he dicho públicamente (y hoy lo escribo) que, cuanto antes sea posible y de cara al futuro (pensando sobre todo en nuestra infancia y juventud) deberíamos aclararnos nosotros mismos, y, de nuevo democráticamente y mejor por consenso, revisar esto de los símbolos y, si hiciera falta, reformar (como se hizo con el Estatuto de Autonomía) lo que proceda de la mejor manera. En lo de nuestra bandera, además, el amor, el sentimiento y el respeto hacia ella no termina de calar por el debate de su su duplicidad y hasta porque en las fiestas populares se ponen (creo que porque son más baratas) con las franjas en sentido horizontal. Y peor aún, en determinadas islas o lugares se pone con el blanco y azul encima (como si Tenerife estuviera por encima de Gran Canaria) y en otros, como dice el mago, “a la viceversa”, el azul y amarillo por encima, como si predominase Gran Canaria sobre Tenerife. Como diría don Juan Ríos Tejera (nuestro popular y respetado “Juanito Cabeza”) … “¡no me busquen problemas donde no los hay!” …. y… “¡arreglen eso por las buenas!”

¿Tenerife o Gran Canaria por encima?… “¡no me busquen problemas donde no los hay!”…. y… “¡arreglen eso por las buenas!”

ENTRE EL HIMNO O EL PASODOBLE ISLAS CANARIAS

Y en esto, si me apuran, incluyo el himno oficial. Porque, no me negarán (y en esto creo que sí hay consenso unánime) el actual himno, a partir de una variación del Arrorró, con letra de Fernando Garcia Ramos y música de Juan José Falcón Sanabria, no lo siente como suyo (dicho sea, con todo respeto para sus autores) ni los perros del escudo de Canarias. Sin embargo, por poner otra realidad, no me negarán que el pasodoble Islas Canarias, aunque esté compuesto por el catalán Josep María Tarridas, lo siente en su alma hasta el último canario o canaria allí donde esté, con la carne de gallina, los pelos como escarpias y, muchas veces, con más de una lágrima en los ojos… ¿o no es cierto?… ¿No es éste nuestro “verdadero” y sentido himno? Debemos y podemos consensuar una sola bandera y un himno que nos unan. Me resisto a creer que también estamos condenados a estar distanciados, por no llegar a decir que divididos y hasta enfrentados por un asunto de himnos y banderas, que se puede y debe solventar desde la unidad, la inteligencia, la generosidad y el consenso.

Fernando García Ramos, Josep Tarridas y Juan José Falcón, autores de dos himnos.

PERO QUE NO ME TOQUEN LA CABRA DE LA LEGIÓN

Voy terminando El Cotarro de hoy asegurándoles que esta deriva sale espontáneamente desde mi convencimiento personal de que es mejor seguir unidos. Y, a ser posible, con una sola bandera (como en Estados Unidos, con perdón) que no venga el PSOE, ni el PP, ni CC, ni Podemos a patrimonializarla. Ni la bandera oficial, ni la de las siete estrellas. Antes prefiero que nos unamos todos en una sin escudo y sin siete (u ocho) estrellas verdes. Las tres franjas verticales y que lleguemos pronto a asumirla, respetarla quererla y defenderla, como bandera común de todos los canarios, por encima de ideologías y partidos. Y, antes de terminar, recordar, asumiendo las palabras de un amigo (casi un hermano), Ignacio Pintado Mascareño, una persona excepcional y una mente privilegiada que, tristemente, ya no está con nosotros. Ignacio siempre me/nos decía: “Yo soy más canario que el «padre» Teide… A mí a Canario no hay quien me gane;… ¡pero que no me toquen la cabra de la Legión!”. Estoy seguro de que, en una inmensa mayoría, la ciudadanía de Canarias se siente española y solo requiere que se entienda, reconozca y asuma nuestra idiosincrasia y nuestra indiscutible realidad ultraperiférica, archipielágica y, por tanto, interinsular. Solo eso, que no es poco, pero tampoco es mucho.

Tal como yo lo veo y desde mi humilde opinión, creo que lo que representa este lazo, es lo que debe motivar a nuestros responsables políticos

MIENTRAS TANTO, EL EJÉRCITO AYUDA EN SILENCIO

Es de bien nacidos el ser agradecidos y, en medio de todo lo anteriormente expuesto, el Ejército de España sigue actuando y colaborando, callada pero eficazmente, en la lucha contra la pandemia. Por ello, las unidades que manda el teniente general Carlos Palacios Zaforteza, como jefe del Mando de Canarias, han estado esta última semana, callada y discretamente, colaborando con su trabajo en la isla de Lanzarote, ayudando a desinfectar los centros de Playa Blanca, Playa Honda, Tahiche o Valterra. Es muy fácil opinar alegremente y pensar que ejército y milicia son siempre y obligatoriamente sinónimos de guerra, ataque y violencia, sin pensar que, seguramente, son mucho más protagonistas de la defensa, la disuasión y la paz.  Esta imagen que ahora les pongo son reflejo de lo que han estado haciendo estos últimos días en territorio conejero dentro del marco de la Operación “Misión Baluarte”, los equipos de descontaminación de la Brigada “Canarias”. Estas labores se encuadran dentro del apoyo realizado por las unidades del Mando de Canarias en la recepción, transporte y custodia de la primera remesa de vacunas hasta su entrega a las respectivas autoridades sanitarias locales, o el trabajo diario de los rastreadores militares que actualmente están realizando en las islas de Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote. Es muy fácil (y libre) opinar y criticar alegremente la realidad de las Fuerzas Armadas, su espíritu, su misión institucional y su profesionalidad en el marco de nuestra democracia y nuestra Constitución. Pero en los momentos difíciles, bien que tiramos de ellas y nos honra su trabajo «en pie de paz», en pro de nuestra defensa y la de nuestra tierra, así como su predisposición para ayudar, como ahora, en los momentos de crisis, catástrofes o tragedias de cualquier tipo. Y esto hay que agradecérselo.

Efectivos del Mando de Canarias actuando en Lanzarote para prevenir la COVID