Nunca es tarde si la noticia es positiva y el honor es merecido. Me he enterado de que hace unas semanas la prestigiosa y luchadora Bodega Cumbres de Abona ha nombrado “Presidente de Honor” al incombustible Ricardo Melchior Navarro, quien fuera en su momento presidente del Cabildo Insular de Tenerife y actualmente de la Autoridad de los Puertos del Estado en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Nadie puede dudar que, en la historia de los vinos de Tenerife, habrá siempre un antes y un después de la puesta del primer plan vitivinícola de nuestra isla, promovido por el propio Ricardo Melchior. Por ello, en un entrañable acto celebrado en las instalaciones de la propia Bodega Cumbres de Abona ante un buen número de amigos, gente del sector y autoridades, entre las que estaba Jesús Morales Martínez (consejero insular de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo de Tenerife) Abel Morales Rodríguez (Viceconsejero de Sector Primario del Gobierno de Canarias) María Elena Fumero García (alcaldesa de Arico) y el exalcalde, Eladio Morales, un emocionado Manuel Marrero (presidente de Cumbres de Abona) entregó a un no menos emocionado Ricardo Melchior el pergamino que le acredita como “Presidente de Honor”. Felicidades a Cumbres de Abona, porque es de bien nacidos el ser agradecidos; y enhorabuena a Ricardo Melchior, porque el premio honra a quien se lo merece. Y este es uno de esos casos.
Ricardo Melchior (i) y Manuel Marrero, “dos presidentes” en Abona
