Tengo una sensación agridulce en el cuerpo por algunos de los lamentables temas que, esta pasada semana, han protagonizado parte de la actualidad en nuestro insular, complicado y problemático “territorio comanche”. La histórica tolerancia lagunera se vio reflejada en la actuación sin incidentes de la compañía Abubukaka, a pesar de la torpe, impresentable, provocadora y hasta temeraria presencia de unas beatas que se plantaron allí rezando el Rosario y a quien el público asistente, con su silencio y “pasando” de ellas, les dio una “cachetada sin manos”. Por otro lado, la torpe e injustificable metedura de pata machista del concejal lagunero Zebensuí González, se ha mezclado con el inframundo de la política más barriobajera. Si el alcalde lagunero, José Alberto Díaz, montase un circo, le crecerían los enanos. Pero él, mientras tanto, torea la tempestad política como el diestro José Tomás a su peor morlaco. No comentaré nada más de todo esto por hoy… Pero seguimos p’alante y ya les contaré los verdaderos entresijos que rodean el tema.
La impresentable, injustificable y torpe metedura de pata machista de Zebensuí González (i) ha hecho aflorar las mezquindades y bajezas de la actual política local.