El personal político está entre preocupado, eufórico y noqueado. Preocupados Ángel Víctor Torres (presidente del gobierno canario) o Pedro Martín (presidente del Cabildo de Tenerife) que en principio no esperaban gobernarlo todo y ahora se las ven canutas para encontrar gente preparada, capaz y dispuesta para aceptar un puesto y gobernarlo todo. Eufórico como Román Rodríguez, al que se le ve como en una nube de influencia y poder presidencial (más que vicepresidencial) aunque ya algunos de sus leales le recuerdan que hay que mirar a medio y, sobre todo, a largo plazo. Y noqueados, como los de Coalición Canaria que en los últimos 25 años no se habían visto en otra, descompuestos y sin nada.
El presidente, Ángel Víctor Torres (i) junto a su vicepresidente, Román Rodríguez