ANIMALISTA, PERO BIEN ENTENDIDO

Confieso que toda mi vida me han gustado los animales y recuerdo que desde pequeñito viví casi siempre rodeado de ellos. Ya en mi primer año de vida teníamos en casa dos cabritas que se llamaban “Lucera” y “Primorosa” y que, según me contaban mis padres (yo no lo recuerdo) en su momento dieron leche fresca cada día, que ayudó en mi alimentación infantil. Mi defensa por la causa (bien entendida) de los animales, su defensa y protección, no debe ser objeto de duda por parte de nadie.

FOTO 1.- Antigua de niño y cabras

Antes no era raro contar en las casas con incluso alguna cabrita que diera leche.

Dejar un comentario