A riesgo de que algunos me malentiendan y critiquen, voy a romper una lanza por Wolfgang Kiessling, una persona que, siendo joven, allá por los años 60, le dijo a su padre que quería montar un zoológico ejemplar en Tenerife. Su padre, Friedrich Kiessling intentó quitarle la idea de la cabeza, convencido que era una aventura complicada, por no decir que una locura en toda regla y le informó de que “un elefante come 200 kilos de verduras al día y él no tenía dinero para eso”. El joven Wolfgang Kiessling se empeñó en su proyecto y su padre, lo único que le pudo decir y le aconsejó fue que “si vas a montar un zoológico, móntalo de loros y papagayos, que comen poco y viven mucho”. Esa fue la idea inicial, pero allá por el año 1990 el alcalde del Puerto de la Cruz, Félix Real González le pidió que acogiera en su recinto a unos chimpancés, que un fotógrafo estaba maltratando en las calles del Puerto, utilizándolos para que los turistas se sacaran fotos. Ellos fueron los primeros mamíferos que entraron en un parque hasta entonces solo de aves.
Unos chimpancés que un fotógrafo maltrataba fueron los primeros mamíferos de Loro Parque.